MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los niños y adolescentes con problemas de corazón deben practicar deporte para integrarse en la sociedad y mejorar su salud, evitando la competición y el sobreesfuerzo, según la directora de la Fundación Menudos Corazones Amaya Sáez, que organizó hoy con la Escuela de Estudios Universitarios Real Madrid y la Universidad Europea de Madrid, una jornada deportiva con niños con problemas de corazón.
"El planteamiento correcto para practicar deporte de manera segura es evitar en todo momento la competición y el sobreesfuerzo. El objetivo es la participación y la integración", señala Sáez, para quien delimitar las actividades sociales de estos menores "puede afectar negativamente su desarrollo emocional".
La directora de la fundación niega la creencia generalizada de que los niños y adolescentes que padecen cardiopatías no pueden hacer deporte, lo que juzga como "un planteamiento erróneo" derivado de la falta de información y de la sobreprotección a la que en muchas ocasiones se somete a estos niños en su familia y entorno educativo.
Para el doctor Antonio Bañares, rector de la Universidad Europea de Madrid, los beneficios del deporte para esta población son "claros y muy amplios". "Si durante los primeros años de vida practica experiencias motoras básicas, cuando complete su desarrollo físico no tendrá dificultades para realizar también deporte", apuntó.
UN ESFUERZO DE LOS PROFESORES DE GIMNASIA.
Jorge Valdano, Emilio Butragueño, Miguel Pardeza y Juan Manuel López Iturriaga apoyaron con su presencia esta Jornada Deportiva de Sensibilización Sanitaria, celebrada en el Campus de la Universidad Europea de Madrid y coincidiendo con el Campamento que la Fundación Menudos Corazones organiza cada verano y que este año reúne en Valdemorillo a cerca de 80 niños de entre 7 y 14 años de edad.
Los deportistas en la que destacaron los beneficios que la actividad física puede traer a estos niños y animaron a los padres a informarse de las actividades que sus hijos pueden o no pueden hacer y proponen a los profesores que hagan un esfuerzo por adaptar sus clases de educación física a las necesidades de estos alumnos.
Cada año nacen en España 4.000 niños con cardiopatía congénita, una enfermedad que sufren más de 300.000 personas en nuestro país, lo que hace de ella la enfermedad congénita de mayor incidencia.