MURCIA, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
La acusación particular sostiene que la muerte de una mujer de 42 años apuñalada por su compañero sentimental en la diputación cartagenera de La Aljorra, el pasado 4 junio de 2007, supone un asesinato, al existir las agravantes de alevosía y ensañamiento, por lo que anunció que solicitará 25 años de prisión para el acusado, además de otro por quebrantamiento de orden de alejamiento y otro año más por maltrato familiar, según indicó hoy el letrado que representa a la familia de la víctima, José Miguel Roda.
La sección tercera de la Audiencia Provincial acogió hoy la primera sesión del juicio contra Hamid M., a quien el fiscal atribuye un delito de homicidio, otro de quebrantamiento y otro de maltrato por los que pedirá 17 años de cárcel. La próxima semana se reanudará la vista, al tener que suspenderse hoy al faltar el testimonio del agente de la Guardia Civil que auxilió a la víctima, quien no pudo comparecer por encontrarse fuera de la Región.
De esta forma, se escuchó el relato del acusado, así como de los tres hijos de la fallecida y de una prima de estos, quienes declararon detrás de un biombo, así como del arrendatario de la vivienda en la que vivía la víctima junto a dos de sus hijos, de un camarero del casino de La Aljorra, y de cuatro guardias civiles que participaron en el caso. También se oyeron las conclusiones de las pruebas biológicas y médico-forense.
En su declaración, el acusado negó haber tenido intencionalidad en acabar con la vida de su pareja, hecho que achacó a un forcejeo entre ambos como consecuencia de una discusión previa. Hamid M., al que llamaban Jaime en el entorno familiar de la víctima, aseguró que ese día fue al domicilio a coger sus cosas, puesto que su compañera le había pedido que se fuera de la casa.
Según relató, la mujer le "chantajeó" con no dejarle ir si antes no se daba de baja en el padrón municipal, trámite que, tras cumplimentar, entregó a su pareja. Después fue al Casino de La Aljorra donde hizo tiempo hasta que abrieron una autoescuela en la que se estaba sacando el carnet, también con intención de borrarse, pues pensaba irse a Sevilla con un familiar.
Fue sobre las 13.00 horas cuando regresó a casa a por su mochila pero, según la versión del sospechoso, su pareja se lo impidió a insultos y empujones, tras lo que "ella me atacó con un cuchillo, que le quité con la mano izquierda y que no sé cómo se clava", reconociendo que le dio "dos empujones fuertes cuando yo tenía el cuchillo".
El sospechoso dijo no saber cómo la víctima pudo recibir hasta ocho puñaladas en su cuerpo e insistió en que todo ocurrió "estando discutiendo los dos de pie". "Ni imaginé que aquel desgraciado empujón iba a acabar con su vida", reiteró Hamid M., quien negó estar con el cuchillo levantado en la mano cuando la hija de la mujer entró en el salón y que agrediera a ésta cuando trató de impedir que siguiera apuñalando a su madre. "La empujé para que no llamara por el móvil a su familia", se defendió.
Además, Hamid M. argumentó que padecía asma y que, por esta causa, temía que su pareja le cogiera del pelo "por lo que me podía pasar". "Era una mujer fuerte y si me agarra del pelo no salgo de allí hasta que llegara su familia o la Guardia Civil", apostilló el acusado, quien rechazó que el cuchillo de grandes dimensiones con el que se apuñaló a la víctima fuera de una carnicería de un amigo pues "estaba en la casa y ella acostumbraba a comer en el sofá delante de la televisión y solía tener cubiertos", en este caso, el citado cuchillo.
TESTIMONIO TRAS UN BIOMBO.
A continuación, declararon los tres hijos de la víctima, el primero de ellos, mayor de edad, quien vive con su padre, otro de 16 años que vivía con la madre y que en el momento de los hechos no se encontraba en la casa, y otra de 18 años, en el momento del suceso menor de edad, que estaba en el domicilio, junto a una prima, y que sorprendió al acusado empuñando el cuchillo.
En su relato, la hija de la fallecida explicó que llegó a casa con su prima después de pasar la noche en el domicilio de una amiga, tras lo que fue al centro de salud a por una documentación de su madre. Una vez volvieron, ambas se fueron a dormir, despertándose al oír los gritos de su madre, lo que no le pasó a su prima, que siguió durmiendo sin enterarse de nada hasta que la despertaron.
Según declaró, oyó a su madre gritar pidiendo auxilio y al principio "me pareció que era en sueños", pero tras percatarse de que era real acudió al salón encontrando su madre herida y ensangrentada, tendida en el sofá, y a Hamid H. blandiendo un cuchillo con la mano derecha. "Al verme, se quedó sorprendido, como si no esperara que estuviera allí", añadió la joven, quien afirmó, al igual que uno de sus hermanos y el propietario de la vivienda, que el cuchillo no formaba parte del menaje de la casa.
Por su parte, los agentes de la Guardia Civil ratificaron los atestados realizados en su momento, mientras que las dos biólogas del Centro Nacional de Toxicología de Madrid declararon, por videoconferencia, que los resultados periciales de los hisopos enviados para su análisis de ADN confirman que el de la empuñadura del cuchillo corresponde a Hamid M., mientras que el del filo del arma es de la víctima.
SE AUTOLESIONÓ.
Finalmente, la forense que practicó la autopsia descartó que las heridas que presentaba Hamid M. fueran a consecuencia del forcejeo con la víctima ya que "son más compatibles con autolesiones infligidas por el propio acusado", y explicó que la mujer presentaba varias heridas defensivas, así como otras en tórax y costado, pero la última que recibió "con profundidad y con fuerza" es "la que consideramos mortal, porque penetra por las costillas atravesando el tórax hasta la zona abdominal, llegando hasta el hígado".
Además, la forense estimó que la víctima estaba "sentada o recostada sobre el lado derecho, prácticamente acorralada sobre el sofá", cuando recibió las puñaladas, y que el agresor estaba en un plano superior al de la mujer, resultando las heridas y la posición "compatible con la versión de la hija". "No es compatible con darle un empujón, sino que es intencional, además de que con una lesión de ese tipo habría mucha más sangre en el entorno del sofá si se hubiera empujado a la víctima", concluyó.