CANBERRA, 11 Abr. (Reuters/EP) -
La Iglesia Anglicana de Australia nombró hoy a su primera obispo mujer, aunque trató de evitar tensiones dejando la puerta abierta a que las parroquias rechacen de manera individual participar en la reforma si no les gusta que una mujer ocupe un cargo tan alto.
El nombramiento de la archidiácono de Perth Kay Goldsworthy, de 51 años de edad, como obispo asistente llega 16 años después de que la Iglesia anglicana australiana ordenara por primera vez a una sacerdotisa. La propia Goldsworthy, que está casada y tiene dos hijos gemelos, fue una de las primeras sacerdotisas anglicanas en ser nombradas en 1992.
Goldworthy, que será consagrada en su cargo el próximo 22 de mayo, explicó a la televisión del país que "este es un día que se veía venir desde hace tiempo, que hemos esperado, deseado y por el que hemos rezado y trabajado". Por este motivo, se mostró segura de que "habrá hombres y mujeres celebrándolo por todo el país". Goldworthy descarta que su caso cree enfrentamientos y opina que los detractores acabarán aceptando la nueva medida, por lo que, aunque "siempre hay gente que no está de acuerdo", aseguró que no se sentirá "desairada".
Es previsible que la controvertida decisión no siente bien en los sectores más conservadores de la Iglesia. El propio arzobispo de Sidney, Peter Jensen, ha sido una de las voces más críticas en el pasado con la posibilidad de ordenas curas mujeres y homosexuales. De hecho, cuando en septiembre se eliminó el último obstáculo para poder realizar este tipo de nombramientos, Jensen mostró su descontento y aseguró que la decisión crearía dificultades para la Iglesia durante décadas.
Sin embargo, esta semana se han reunido los obispos anglicanos y han acordado la creación de un nuevo protocolo para las mujeres obispo, que permite a las parroquias individuales no participar en la medida y a las nuevas obispos rechazar entrar en una parroquia.
La Iglesia Anglicana es la segunda más grande de Australia, con unos cuatro millones de feligreses, de los 21 millones de habitantes que tiene el país, mientras que la Iglesia Católica tiene cinco millones de fieles.
En Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadá ya hay mujeres ocupando el cargo de obispo en la actualidad.
