Actualizado 12/03/2010 10:41

Un informe del Gobierno de EEUU denuncia la represión ejercida por China e Irán

NUEVA YORK, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

El informe de 2009 sobre Derechos Humanos publicado este jueves por el Departamento de Estado estadounidense, que analiza esta cuestión en 194 países, denuncia la actual situación en países como China o Irán a raíz del escaso margen de acción que dejan las autoridades a la oposición al Gobierno.

Del caso chino, el Gobierno norteamericano critica la forma en que Pekín controla la información que circula por Internet y promueve la censura a través de la red, algo de lo que según el informe se emplean miles de personas. El Departamento de Estado señaló que en enero una campaña específica sobre Internet emprendida por el Gobierno chino ha derivado en el cierre de 1.250 páginas web, especialmente aquellas gestionadas por compañías extranjeras.

En general, el informe sostiene que Pekín ejerce un control sobre todo lo que considera "una amenaza para el Partido Comunista". "El Gobierno (chino) también incrementó la represión sobre tibetanos y uigures", explica.

En el caso de Tíbet, el texto denuncia "ejecuciones extrajudiciales, tortura, arrestos arbitrarios" cometidas por las fuerzas a las órdenes de Pekín. "La preservación y el desarrollo de la herencia religiosa, cultural y lingüística de Tíbet supone una preocupación", agregó el Departamento de Estado. Respecto a la situación de los uigures en Urumqi, en el noroeste de China, el documento también habla de detenciones arbitrarias o de una aplicación excesiva de la fuerza "en un intento de mantener el orden público".

IRÁN

Por otra parte, el Departamento de Estado norteamericano lamentó que la situación de los Derechos Humanos se ha visto perjudicada en Irán durante el año pasado, especialmente tras los disturbios post electorales de junio. El texto critica la falta de libertad de expresión y asociación y la forma en que el Gobierno iraní censuró las redes sociales para evitar la transmisión de información al exterior.

Después de los comicios, las autoridades habrían reducido el ancho de banda como forma de evitar que la oposición mostrase vídeos en Internet como los que llegaron a todo el mundo en plenos disturbios. Dichas manifestaciones provocaron 37 muertos, según los datos oficiales de Teherán, aunque otras fuentes elevan hasta a 70 el número de fallecidos y a 40.000 el de detenidos.