El Ayuntamiento reconoce que el lugar no es el idóneo y que le pondrán la plaza de aparcamiento en la puerta
QUART DE POBLET (VALENCIA), 21 (EUROPA PRESS)
Angustias, una discapacitada de Quart de Poblet de 63 años, ha decidido no utilizar la plaza de aparcamiento que le ha habilitado el Ayuntamiento al considerar que la ha puesto en un lugar "muy peligroso", en una calle paralela a la suya con tráfico de camiones, cuando en su misma puerta, afirma, hay sitio.
Esta mujer, que va en silla de ruedas después de que le amputaran las dos piernas hace 37 años, tiene miedo que algún vehículo se la "lleve por delante" en ese lugar y no está dispuesta a ello. "Ya tengo la vida muy complicada para que me la puedan complicar un poco más", indicó a Europa Press TV.
Según Angustias y su marido, desde el Ayuntamiento les comentaron que un minusválido "no tiene por qué tener una parada en la puerta de su casa", así como que la plaza tenía que tener cuatro metros de ancho. Hoy mismo, fuentes municipales comentaron telefónicamente a Europa Press que la alcaldesa ha comprobado que la situación actual de la plaza habilitada no es la idónea y que en pocos días se pondrá en la misma puerta del patio de Angustias.
Angustias sufrió la amputación de las dos piernas hace más de 30 años debido a un aborto tóxico. Ha hecho una vida más o menos normal debido a las prótesis que le pusieron. Sin embargo, hace tres meses que no puede caminar ya que no puede ponerse las prótesis por una operación en el hombro. Por este motivo, solicitó una plaza de aparcamiento de minusválido, para que su marido pudiera recogerla y no tener que "cortar el tráfico" cada vez que para en la puerta de casa para que baje.
El ayuntamiento habilitó entonces una plaza de aparcamiento, pero en una calle paralela a la de Angustias, a una cincuentena de metros de su casa. Este espacio, según afirma la mujer y su marido, se encuentra en un lugar "muy peligroso", con paso de camiones y autobuses, y reservado "para que se vea el letrero de dirección de Quart de Poblet".
De hecho, en esa calle hay un aparcamiento de camiones y "en nada que tiren un poco para atrás, si hay un coche se lo lleva. Ya ha ocurrido con muchísimos coches", indicó Eladio, el marido de Angustias.
Esta mujer tiene "miedo" y no está dispuesta a ir en su silla de ruedas hasta un lugar que considera peligroso. "Mi vida no la quiero arriesgar más que lo que tengo; no la voy a arriesgar para ir a cien metros de mi casa", insistió.
HAY SITIO EN SU PUERTA.
Por ello, solicita una plaza de aparcamiento en su misma calle, ya que según afirma, "hay sitio". "Lo que no es normal es que pongan plazas por todos los sitios, donde no las necesitan, y yo que la necesito no me la puedan poner en la misma puerta", indicó.
Y es que, según dijo, ahora, cuando su marido para en la puerta para que baje o suba al coche y tiene que sentarse en la silla, se forma una cola y el resto de coches comienzan a pitar. "A lo mejor tenemos que dar media y vuelta y volver cuando no haya nadie", señaló.
Más que un aparcamiento fijo, lo que solicitan, según indicó Eladio, el marido, es "un aparcadero para parar" cuando tienen que recoger o dejar a su mujer, y así "no cortar la calle". Además, agrega, no sería una plaza "para ella sola", sino "para otros minusválidos que hay en la calle".
Eladio protestó tras darse cuenta del lugar donde habían pintado la plaza. Pero, según dice, "las palabras de los técnicos y la alcaldesa fueron muy claras: que un minusválido no tiene porqué tener una parada en la puerta de su casa, que todo el mundo tiene derecho".
Además, agregó, le solicitaron una tarjeta de minusvalía que ya aportó y que es "válida hasta 2013", y le comentaron que la plaza tiene que tener cuatro metros de ancho. Sin embargo, denuncia, las plazas existentes en otros lugares del pueblo, no tienen estas dimensiones. También lamentó que en la parte de su barrio que pertenece a Quart (el barrio pertenece a dos municipios), no hay ninguna otra plaza para discapacitados.
Hoy, vía telefónica, el consistorio reconoció la poca idoneidad del lugar y su intención de instalar la plaza en la misma puerta de la mujer.
Angustias y su marido, por su parte, denunciaron la "poca" humanidad y sensibilidad del Ayuntamiento, y solicitaron el cambio de ubicación. "No es un capricho", concluyó Angustias.