BARCELONA, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los vecinos cercanos a la guardería 'Sant Àngel' del barrio barcelonés de Sant Adrià están sorprendidos por la decisión judicial que prohíbe a una profesora asistir al centro en el que trabaja después de que sus compañeras presentaran un denuncia por malos tratos y reconocen que "es una persona muy seria, que se preocupa mucho por los niños".
Nori Amarillo, vecina del barrio y abuela de uno de los niños que acude a esta guardería comentó que "los padres apoyan a Rosa". Aunque tan sólo hace unas semanas que su nieta se incorporó a 'Sant Àngel', explicó que antes de decidirse estuvo preguntado a varios padres por la atención que reciben los menores y "todos estaban contentos tanto con la profesora como con la dirección del centro".
Nori y su hija eran conscientes de la investigación que se inició en 2006 con las primeras denuncias ante el departamento de Educació de la Generalitat, que nunca pudo constatar que la profesora fuese violenta con los menores. Incluso los primeros días habló con la implicada que le reconoció que la situación "le estaba costado la vida".
El pasado mes de abril tres profesoras del centro declararon en el juzgado de instrucción número 32 de Barcelona para ratificar su denuncia, y por la que Rosa podría ser condenada hasta tres años de cárcel por un delito contra la integridad moral. Ahora el juez ha dictado una orden de alejamiento contra la educadora.
Aunque esta mujer reconoce que se trata de una persona "bastante seria", no tiene ninguna queja "por ahora" en el modo en que trata a su nieta. Por su parte, Montse, otra vecina del barrio y empleada de un frutería que la acusada regenta habitualmente, comentó que se trata de una persona "muy trabajadora, responsable y simpática".