Los niños están con la familia que consideran suya cuando su madre decidió que ésta se hiciera cargo hasta que ella dejara las drogas
UTRERA (SEVILLA), 25 (EUROPA PRESS)
La vida de dos menores de cinco y siete años de edad, Antonio y Nerea, junto a la familia de acogida con la que residen desde hace siete meses en la localidad sevillana de Utrera puede que termine en poco días si la Junta de Andalucía les retirará la tutela "por no hacer un curso de idoneidad" en la fecha que les impusieron.
En declaraciones a Europa Press, la hija del matrimonio de 24 años, Paola Sánchez, indicó hoy que la Administración andaluza "pretende enviar a ambos menores a un centro de acogida" al considerar que la familia "no es idónea", según los informes "injustificados" realizados por una psicóloga y una socióloga de la Fundación Márgenes y Vínculos que acudieron al domicilio.
"En uno de estos informes se dice que el timbre de nuestra casa no está bien, que mi madre va en camisón por la casa, que yo no me voy a independizar porque me he peleado con mi novio y que mi familia no tiene tiempo para los niños, cuando mi madre, de 52 años, no trabaja", aseguró la joven indignada.
Por otro lado, Paola explicó que la relación de amistad con la madre de los menores, que tiene otros cinco hijos más, comenzó hace 10 ó 12 años y que fue la propia madre de los niños quien le pidió a la familia que acogiera a su hijos ante su imposibilidad de atenderlos debidamente, lo que se complementa con el hecho de que el padre se encuentra en la cárcel por temas de drogas. "Nos dijo que o nos los daba en acogida a nosotros o a nadie".
En concreto, de los siete hermanos, tres viven con la abuela paterna, dos con esta familia de acogida, uno con una tía materna y otro en una casa de acogida de la Junta. No obstante, según explicó Paola, la abuela de estos menores se opone a esta acogida "porque quiere que se queden tres hijos y no dos y además está en contra de que las visitas estén reguladas, algo que se ha solicitado cuando la madre vino a verlos en una ocasión en unas condiciones que no eran las mejores".
Así, ante la decisión de la Junta de Andalucía de que los menores les sean retirados este viernes, esta familia se dirigió a la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, "donde han mostrado su apoyo y han asegurado que se interesarán por el tema". Además, esta familia tiene previsto entrevistarse con el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez.
"Como no vengan con una orden judicial en la mano, los niños no saldrán mañana de casa", aseguró Paola, quien subrayó que la menor de siete años "le ha recriminado a su propia abuela que esté en contra de que sigan viviendo con nuestra familia". "Tanto Nerea como Antonio nos consideran su familia y no quieren que nos separen. Nerea incluso ha llegado a decir que tiene otro nombre para que no se la lleven", concluyó la joven.
UNA VIDA DESCONTROLADA.
Los dos niños están con la familia que consideran suya desde que su madre, que cuenta con un amplio historial de drogodependencias, decidió que fueran Enrique Sánchez y Carmen Villa los que se hicieran cargo de sus pequeños mientras ella intentaba salir del túnel donde se encontraba inmersa.
Los pequeños, según consta en el expediente correspondiente de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, se encontraban viviendo hasta su llegada a la familia de acogida --a la que conocen desde que nacieron-- en un ambiente en el que se daba violencia de género, con nulos recursos económicos, absentismo escolar y descontrol en la asistencia sanitaria. Sin embargo, desde que llegaron a esta familia de acogida sus vidas se regularon, aunque ahora por decisión de la Junta tendrán que dejar el colegio, a sus compañeros y a su familia sin saber qué les deparará el destino.