ESTRASBURGO, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
El pleno del Parlamento Europeo reclamó hoy a los Estados miembros adaptar sus políticas nacionales dirigidas a las familias a los nuevos modelos familiares de las sociedades modernas. Los eurodiputados reconocen en el informe que aprobaron este jueves sobre el futuro demográfico de Europa que las estructuras tradicionales familiares están cambiando en el conjunto de la UE.
Sin embargo, el pleno rechazó mantener un párrafo del informe que advertía de la necesidad de mantener el saldo positivo neto en dos millones de inmigrantes a la altura de 2017 a fin de evitar una disminución significativa de su población en edad de trabajar. Los eurodiputados también rechazaron políticas familiares para favorecer la maternidad a nivel comunitario.
Bruselas calcula que en 2050 la media de edad de los ciudadanos europeos se situará en los 49 frente a los 39 en 2004 y aunque sostiene que la tasa media de natalidad de 1,5 niños en la UE y el aumento de la esperanza de vida suponen un cambio en la estructura de la población, asegura que no afectarán al volumen de la población y sí dará lugar, en cambio, a desequilibrios significativos y a un aumento del gasto público en un 10%.
Puesto que los eurodiputados sostienen que la inmigración no es suficiente para contrarrestar el progresivo envejecimiento de la población en la UE, defienden medidas a favor de la natalidad.
No obstante, la Eurocámara propone que los Veintisiete coordinen entre sí sus políticas de inmigración para, además de responder a sus respectivas necesidades de mercado laboral, garanticen las mismas condiciones de vida y de trabajo a los inmigrantes. Para ello, piden a los Veintisiete sancionar a quienes contraten a trabajadores en situación irregular, a la vez que fomentan políticas de integración.
NO A SUFRAGAR LOS TRATAMIENTOS DE INFERTILIDAD
España, con un problema serio de infertilidad en un país donde las madres primerizas lo son a una edad bastante tardía, según puso de manifiesto un estudio del Ejecutivo comunitario de mayo de 2007, mejorará su índice de fertilidad a partir de 2050 según sus pronósticos. Su población inmigrante ha contribuido en los últimos años a aumentar la cifra de población y empleo de España.
A pesar de la falta de natalidad, los eurodiputados rechazaron que los Estados miembros financien los tratamientos de infertilidad, a pesar de admitir que la infertilidad "debería considerarse como un problema de salud pública" con más del 15% de las parejas en las que hombre o mujer son estériles. En cambio, defienden que el acceso a los tratamientos sea universal para todas las parejas.
Por el contrario, los eurodiputados piden favorecer la natalidad con alicientes en la duración de los permisos de maternidad y paternidad, mejorar la legislación europea relativa a permisos de paternidad e incentivos para aumentar su participación en el cuidado de sus hijos, garantías de ingresos durante los meses de embarazo, que las bajas por maternidad o paternidad no se penalicen al calcularse las pensiones de jubilación, así como la reincorporación al mismo puesto de trabajo una vez terminado el permiso de maternidad. También animan a los Estados miembros a examinar la posibilidad de fijar bonificaciones para las pensiones de jubilación en función del número de hijos criados.
EL PE PIDE MÁS ESCUELAS INFANTILES
Además con el objeto de promover la conciliación de la vida familiar y laboral en la UE, los eurodiputados piden a los Estados miembros adoptar medidas contra los empleadores que discriminen a las trabajadoras que deseen ser madres, aunque rechazaron que se las incentive de forma expresa a serlo. Los eurodiputados defienden también la creación de más centros infantiles a precios asequibles y piden desgravaciones fiscales para las empresas con guarderías.
Por otra parte, la Eurocámara se mostró partidaria de promover la contratación de personas de edad avanzada en la Unión Europea mediante convenios que permitan prorrogar su vida laboral más allá de los 65 años y de reducir la extensión de las jubilaciones anticipadas.
También propuso a los Estados miembros impulsar reformas que permitan garantizar la permanencia del régimen de pensiones e intercambiar información sobre sus regímenes sanitarios a fin prepararlos mejor para un aumento de la demanda con poblaciones cada vez más envejecidas en la UE. La tasa europea de dependencia por vejez --número de personas de más de 65 años dividido por el número de personas de edades comprendidas entre los 14 y los 65 años-- pasará del 25% en 2004 al 53% en 2050.