Actualizado 28/11/2008 19:08

El presidente de la Unión Romaní advierte de un "rebrote" de comportamientos racistas contra la etnia gitana

LUGO, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Unión Romaní, Juan de Dios Ramírez Heredia, diagnosticó hoy un "rebrote" de comportamientos racistas contra personas de etnia gitana, que, según lamentó, "trae a la memoria momentos pasados muy duros en la vida colectiva" de este colectivo.

Ramírez Heredia hizo estas declaraciones antes de la inauguración de la exposición fotográfica 'O Pobo xitano en Lugo', con la que se conmemoran 25 años de existencia de la Asociación de Promoción e Integración Gitana en la capital lucense.

"Volvemos a notar que en algunos lugares ponen reparo a que los niños gitanos se mezclen en las escuelas con los payos y todavía hay vecinos que no quieren a gitanos cerca de sus viviendas", detectó el que fuera el primer diputado en la historia de España perteneciente a la comunidad gitana --primero bajo las siglas de la UCD y luego en el PSOE--.

Tras recordar las polémicas vividas en Galicia debido a los realojamientos de familias gitanas, aprovechó para hacer "una llamada a la concordia". "Dennos la oportunidad de convivir con los valores de nuestro pueblo que merecen la pena ser conservados y nadie es intrínsecamente malo por ser payo o gitano", apeló, después de interpretar que en la comunidad gallega "se ve" pero "no se conoce" a la etnia gitana.

Finalmente, apuntó que si la convivencia no se produce por una vía natural, tendrán que recurrir a la Justicia y "a quien pueda proteger adecuadamente los derechos" de los gitanos. "No por ser los más débiles vamos a tener que ser siempre los perdedores en esta lucha por la Justicia y la igualdad", manifestó.

Como ejemplo de integración puso Andalucía a pesar de los enfrentamientos "muy duros" registrados en esta comunidad. "Yo no sé si los gitanos están andaluzados o los andaluces están agitanados", ilustró.

En la exposición fotográfica 'O Pobo xitano en Lugo' inaugurada hoy, se muestras imágenes del barrio de O Carqueixo, en la ciudad lucense, que se puso en marcha en 1973 y donde todavía se asientan 41 unidades familiares.