Actualizado 14/10/2008 17:23

El juez de menores que condena con aprender a leer o hacer redacciones publica en un libro sus 'sentencias ejemplares'

Rechaza reformar la Ley del Menor, dice que sólo el 15% de los jóvenes que juzga son delincuentes y apela a la labor de los padres


MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -

El juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por condenar a los jóvenes que pasan por su juzgado a aprender a leer, sacarse el graduado, hacer el camino de Santiago presentó hoy en Madrid su libro 'Mis sentencias ejemplares' (La esfera de los libros) en el que recoge "anécdotas, éxitos y fracasos" de sus 20 años ejerciendo la magistratura en materia de menores.

"Yo no entiendo el éxito del juez Calatayud", comenzó asegurando el magistrado, quien asumió ser "un producto de los medios de comunicación". "Esta mañana me ha parado un matrimonio que me ha reconocido por la calle y me ha felicitado y en estos tiempos que corren que feliciten a un juez por la calle es de agradecer", relató.

Según explicó, su fama comenzó a partir de una sentencia en la que condenó a un joven de 15 años que había intentado robar una carretilla de una obra. "Era más bruto que un arado, había dejado la escuela a los cinco años y un delincuente profesional le comió la cabeza para que perpetrase el robo, por eso pensé que lo mejor para la sociedad era que este chico aprendiese a leer", explicó al tiempo que detalló que "el joven no ha vuelto a tener problemas con la Justicia".

Calatayud añadió que su fama siguió creciendo a partir de una charla que dio sobre su punto de vista a la hora de ejercer la magistratura y que "luego alguien colgó en Internet". Actualmente esa conferencia cuenta con más de dos millones de visitas directas.

CONDENADO A ESCRIBIR UNA REDACCIÓN

Precisamente, el juez se refirió hoy durante la presentación de su libro en la Fnac de Madrid al buen uso de las nuevas tecnologías. De este modo, recordó el caso de un joven que compuso una canción insultando a sus profesores y la puso en Internet. "Les acusaba de fumar hachis y acabó denunciado por injurias graves", explicó, al tiempo que detalló que le impuso como condena elaborar "una redacción de 100 folios" sobre la utilización positiva de Internet y le obligó a rehacer la canción con elogios a sus maestros y volver a colgarla en la red.

"Uno de los fallos de la Justicia es que no se acerca a los ciudadanos", denunció el juez, quien señaló que "la clave del éxito es usar un lenguaje entendible para los jóvenes y sus padres que son los verdaderos protagonistas".

"Una de las cosas que yo siempre he reprochado al anterior Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es que no ha sabido vender bien el trabajo de los jueces, el 95 por ciento se deja piel", aseveró Calatayud, quien no quiso entrar en la actual situación de la Justicia pero sí rechazó una nueva reforma de la Ley del Menor y abogó aplicar convenientemente la actual que, según dijo, son los propios políticos los que no han sabido comprender.

"Una de las sentencias que más uso es la de obligar a sacarse el graduado escolar o el carné de conducir o si no les quitó el BMW ese que sé que llevan", dijo. El libro presentado hoy, 'Mis sentencias Ejemplares' lo escribió con el periodista de 'El Ideal de Granada' Carlos Morán y en él se recogen las anécdotas más llamativas de los 20 años que Calatayud lleva ejerciendo como juez de menores.

Preguntado acerca de su trayectoria, el magistrado admitió diferencias a lo largo del tiempo. "Al principio eran chavales marginales los que nos llegaban, eran los tiempos en los que empezaban las drogas duras y los que pasaban eran unos pobres desgraciados", recordó Calatayud, quien comparó aquella situación con la actual en la que "las distintas clases sociales se han igualado en cuanto a los delitos de menores".

DELITOS DE CLASE MEDIA

En concreto, se refirió al auge de los delitos procedentes de la clase media como "los delitos informáticos las agresiones grabadas con el móvil o el policonsumo de drogas que derivan en trastornos mentales o incluso en menores ludópatas". "A la clase media le cuesta más acudir a los servicios sociales porque consideran que es de pobres", lamentó el juez, quien hizo un llamamiento a los padres para que se conciencien de su responsabilidad para con sus hijos.

En relación a los delitos anteriores, el juez recordó como condenó a una joven en 2001 a limpiar espejos durante 50 horas después de agredir a una compañera de clase porque, según alegó, "le había mirado mal". "Así, limpiando espejos y mirándose en ellos, a lo mejor entendía por qué le miraban mal", explicó.

Se refirió a otro joven que robaba casas forzando cerraduras y que ahora tiene una ferretería o el caso de un joven de Granada que "era un canalla y que tenía a todo el barrio atemorizado" y al que ofreció retirarle la condena a cambio de que se enrolase en el Ejército. "Hoy día ese joven es cabo y tiene a 200 personas a su cargo".

Por estos motivos, Calatayud defendió que los jóvenes que cometen un delito no tienen por que ser delincuentes, un perfil que, según explicó, tan solo cumple un 15 por ciento de los jóvenes que pasan por su juzgado. Por ello matizó que antes de dictar cualquier sentencia siempre es asesorado por un grupo de psicólogos que conocen que es los más conveniente para cada caso.