Actualizado 10/12/2008 17:00

La mujer acusada de simular siete veces el secuestro de sus hijos acepta una condena de tres años de prisión

El detective de la familia de Pedro asegura que Fátima es quien "lo ha organizado todo con la gente que rodea a Josefa".


MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid condenó hoy a tres años y medio a una mujer acusada de un delito continuado de estafa cometido contra su propio marido al reclamarle más de 600.000 euros para el rescate de hasta siete secuestros simulados entre 2001 y 2006 de sus dos hijos, informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

La Fiscalía de Madrid solicitaba seis años de prisión para la acusada y cuatro años de cárcel para otras dos encausadas que la ayudaron para hacer creer a su marido los secuestros falseados. En cuanto a indemnizaciones, el fiscal reclama a las mujeres que entreguen a la persona estafada la cantidad de dinero que perdió con el pago de los rescates. La estafa asciende a más de 611.000 euros.

Las partes llegaron a un acuerdo antes del juicio, condenando a tres años y seis meses de cárcel y con una indemnización económica de tres euros al día durante nueve meses para la acusada, Josefa S.V. que ingresará en prisión tres años y tres meses porque ya cumplió previamente tres meses, y nueve meses de prisión y una indemnización económica de tres euros al día durante cinco meses para las otras dos encausadas, Fátima M. J. y Gloria M. J.

En el verano de 2001, actuando de común acuerdo con otra persona que según la acusada hizo a creer a Pedro G. M. que alguien se había llevado a su hija, pero que podrían recuperarla a cambio de unos 30.000 euros. Dinero que Pedro le entregó. Del mismo modo, en el verano de 2002 simuló otro secuestro de su hija y logró que su pareja le entregara más de 48.000 euros.

Igualmente, en 2003 volvió a hacer creer a Pedro G. M. que unas personas habían secuestrado a su hijo Emilio. En esta ocasión su libertad valía más de 36.000 euros. En 2004, la acusada volvió a simular el secuestro de su hijo varón. Ahora, fueron 54.000 euros.

En diciembre de 2005 y enero de 2006, de nuevo alguien volvió a "secuestrar" a su hijo porque al parecer había desvirgado a una joven de raza gitana, que le reclamaba 180.303 euros. Pedro G. M. hizo entrega de esa cantidad.

Finalmente, el 6 de septiembre de 2006, la acusada y las también encausadas Fátima y Gloria , hicieron creer a Pedro G. M. que tenían retenido otra vez a su hijo. De este modo consiguieron que el hombre les entregara por última vez 252.425 euros.

EMILIO NO ES HIJO DE PEDRO.

En el escrito de acusación, el fiscal relata que la acusada, Josefa S.V., aprovechándose de su relación sentimental con Pedro G.M., con el que se casó sin llegar a vivir juntos, simuló primero el secuestro de una hija de otra relación llamada Sara y luego de un hijo de ambos, con objetivo de "sacar dinero" a su esposo.

Sin embargo, Sara afirmó en unas declaraciones a los periodistas fuera de cámara que Emilio es fruto de una relación entre el marido fallecido de Fátima y de Josefa que según el Detective Criminólogo, José Antonio Novo aseguró Fátima es quien "lo ha organizado todo con la gente que rodea a Josefa. "Ellos lo preparaban todo y ella hacía lo que querían".

PEDRO ESTA "SUPER ENAMORADO" DE JOSEFA.

Según el detective, Pedro "esta súper enamorado de Josefa y no quiere hacerle ningún daño" porque es un hombre "muy humano que tiene unos sentimientos muy grandes" hacia la acusada, por lo que ha renunciado a la reclamación de la devolución que asciende a más de 611.000 euros.

Por eso, Novo señaló que Josefa contaba "historias raras y extrañas que nadie se cree" para conseguir dinero de Pedro como por ejemplo que Emilio "había perdido 5 kilos de cocaína" y necesitaba devolver el dinero o que "el niño con 13 años se había acostado con una niña, perdiendo ésta la virginidad sagrada para los gitanos".

La familia y los hermanos de Pedro que "no se creían nada" de los supuestos secuestros que decía Josefa que sufrían sus hijos, recurrieron a contratar sus servicios, sometiendo así a Emilio a un seguimiento y descubriendo que "el niño andaba solo con su novia por Fuenlabrada".

Por último, el Detective Criminólogo subrayó que Emilio llamaba por teléfono a su padrastro comunicándole que le tenían "en un segundo piso secuestrado sin dejarle salir y que pagara porque si no le mataban", y agregó que una vez que Emilio terminaba de hacer la llamada, "se iba a la calle a tomar unos chupitos con su novia por Fuenlabrada".