Actualizado 13/11/2008 21:36

AMP.-Detectada una partícula con plomo en los filtros de ventilación del edificio de combustible de Ascó I, según el CSN

MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informó hoy de que se ha detectado una partícula con plomo en los filtros de ventilación del edificio de combustible de la central nuclear de Ascó I (Tarragona).

Este hallazgo ha sido avanzado por el titular de la instalación, la Asociación Nuclear Ascó-Vandelló (ANAV), a falta de la remisión del informe final elaborado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) que, a requerimiento del titular, realizó la caracterización físico-química de la central, tras la fuga de partículas radiactivas en noviembre de 2007, que no fue comunicada al CSN hasta abril de 2008.

En todo caso, los directores técnicos de Seguridad Nuclear del CSN, Juan Carlos Lentijo e Isabel Mellado, aseguraron que este hallazgo no significa que existan partículas de plomo en el conducto primario, que es el que está en contacto con el reactor. Si existiera alguna contaminación de plomo en el circuito primario podría generarse el fenómeno conocido como 'corrosión bajo tensión', en el que este metal podría ser un acelerador (en la aleación Ni-Cr-Fe conocida bajo el nombre comercial Inconel 600).

Según el Consejo, el titular de la central está investigando el origen último de este plomo, un metal presente en todas las zonas con actividad industrial. El organismo regulador explica que antes de conocer la detección de esta partícula con plomo, en septiembre de 2008, ANAV envió un informe preliminar del Ciemat con un adelanto de los resultados parciales de los análisis de las distintas muestras recogidas en las zonas de la central, fuera de los edificios y del interior de los conductos del sistema de ventilación del edificio de combustible. El documento dictaminó la detección de plomo en el exterior pero no en los conductos de ventilación.

En este sentido, Mellado precisó que el plomo existe en todas las instalaciones industriales, e incluso se utiliza como blindaje contra las radiaciones ionizantes en las instalaciones nucleares y radiactivas.

Asimismo, indicó que la corrosión bajo tensión es un "fenómeno conocido e identificado" hace décadas, pero que desde que se conoció este proceso corrosivo se iniciaron procesos de seguimiento en todos los sistemas que tiene ese material. En concreto, explicó que los tubos de vapor de Ascó I y Ascó II que contenían Inconel 600 fueron sustituidos por otros sin esta aleación en 1995 y 1997 respectivamente. También, las soldaduras de las tapas de la vasija de estas dos instalaciones y la de Almaraz (Cáceres) eran de esa aleación y fueron "cambiadas por completo" hace años.

Tanto Mellado como Lentijo insistieron en que constantemente "cuando se ha conocido un agrietamiento se ha cambiado el material" y se han realizado otras acciones de refuerzo de ese material de forma preventiva para evitar la corrosión o que ésta no prospere.

NO HAY EVIDENCIA DE PLOMO EN CIRCUITO PRIMARIO

"No se ha detectado nada. No hay evidencias de la existencia de plomo en el circuito primario (de Ascó I)", aseguró Lentijo al destacar que en la central nuclear, de tipo PVRR, el plomo no entra en contacto con el circuito primario, por lo que "no se espera que haya plomo".

Aunque recalcó que no se espera la presencia de plomo en el circuito primario de las centrales nucleares, las guías de vigilancia química de circuitos en estas instalaciones, que vigilan todos los contaminantes químicos que pueden dañar a los materiales provocando su corrosión, no dan prioridad al plomo por su baja significación como agente corrosivo. Sin embargo, insistió en la necesidad de investigar constantemente la posibilidad de la presencia de agentes contaminantes.

En cuanto a la cantidad de radiactividad que salió durante la fuga que se produjo en noviembre de 2007, ambos técnicos del CSN coincidieron en que ya hay un informe pormenorizado en el que se especifican las cantidades y que éstas coinciden "aproximadamente" con los datos que se manejaron para analizar inicialmente el suceso.

En concreto, Lentijo detalló que de la radiactividad recogida fuera se manejaban en torno a 10 milicurios y el informe actual ahora fija la cifra en 9 milicurios con una oscilación de más menos 2 milicurios. En el bidón se detectaron entre 3 o 4 curios, de los que salieron al sistema de ventilación aproximadamente 1,4 curios.

Por otra parte, Mellado señaló que para combatir la corrosión y otros fenómenos degradatorios propios de toda instalación industriales, cada central nuclear cuenta con un programa de Gestión de Vida, que identifica todos los fenómenos de corrosión a los que puede verse sometido cualquier componente.

Finalmente, afirmó que desde que se produjo la fuga radiactiva que dio pie a la apertura de un expediente sancionador en septiembre de 2009, la comunicación y la transparencia de Ascó "ha mejorado" y en la actualidad es "mucho más abierta, que denota una voluntad clara de mejora y de cambio".