MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
África tiene que incrementar su número de profesores un 68% en sólo siete años, es decir, que necesitará 1,6 millones más de educadores de aquí a 2015 para conseguir escolarizar a los 78 millones de niños, en su mayoría chicas, que todavía no pueden acudir a la escuela y así cumplir los Objetivos del Milenio y con ellos, la Educación Primaria Universal, según datos ofrecidos por Manos Unidas con motivo de la Semana de África, que arrancó el domingo, Día Internacional del Continente Negro.
Mientras el abandono escolar asciende en África al 49 por ciento, debido principalmente a que el 26 por ciento de los menores trabajan y cada profesor debe hacerse cargo de más de 50 niños, en el resto de continentes con países en vías de desarrollo la tasa de matriculación creció, entre 1998 y 2003, un 61 por ciento, cifra que demuestra que con el apoyo internacional el cambio es posible.
Otra de las esperanzas para el desarrollo de África además de la escolarización es el apoyo a la mujer, que en el África Subsahariana es cabeza de familia en el 60 por ciento de los hogares. Gracias al apoyo de las organizaciones sociales está aumentando su protagonismo en la vida política y social unido a una proliferación de leyes que les amparan.
Sin embargo, a pesar del trabajo de muchas personas y organizaciones sociales, África sigue siendo el continente más pobre de la tierra aunque posee enormes riquezas naturales y turísticas y está poblado por 936 millones de personas.
Mientras la población occidental tiene problemas de obesidad, 50 millones de personas sufren hambre crónica en el continente negro y 460 millones tienen dificultades para alimentarse. Actualmente, 16 millones de africanos podrían morir en los países de Etiopía, Kenia, Yibuti o Somalia si no reciben ayuda alimentaria urgente.
Así, estas cifras saltan a la opinión pública en ocasiones puntuales, mostrando además que todavía hay 200.000 niños que son utilizados como soldados, prostitutas, esclavos domésticos o víctimas de los conflictos armados. De hecho, a pesar de que algunos de los enfrentamientos se han terminado oficialmente, todavía persisten las consecuencias.
Los conflictos de Sudán-Darfur, de las que han sido víctimas más de tres millones de personas, o de la República Democrática del Congo, el conflicto más mortífero de las últimas décadas en la que el 7 por ciento de la población estuvo afectada, han causado más muertos que los que provocaron en Gran Bretaña las dos guerras mundiales juntas.
La falta de una adecuada cobertura sanitaria están provocando la muerte de millones de africanos. Este continente cuenta con un médico por cada 15.000 habitantes, lo que supone que el Sida (sólo en el África Subsahariana hay 28,5 millones de infectados), la falta de atención en el parto, el paludismo, que causa 310.000 muertes anuales, o la malaria sean las principales causas de fallecimiento.