Actualizado 01/07/2008 17:11

La agricultura puede distorsionar un 90% de los yacimientos arqueológicos en áreas de cultivo, según un estudio

MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

Cerca del 90 por ciento de las piezas arqueológicas prehistóricas pueden estar distorsionadas o desplazadas si se encuentran en espacios dedicados a la agricultura, según los resultados de un estudio de la Universidad de Burgos y publicado en la revista 'Geoarchaeology', que recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Además, la investigación revela que uno de los principales obstáculos que se encuentra el arqueólogo al estudiar asentamientos al aire libre es el arado, que desplaza las piezas vertical y horizontalmente.

El trabajo científico se realizó en 31 asentamientos del Paleolítico medio en 31.400 hectáreas de páramos, terrazas fluviales, orillas de lagos y laderas de los valles del río Arlanzón y Vena, en la provincia de Burgos. De estos 31 yacimientos, 23 se encuentran en campos de arado agrícola cuya actividad modificó las características originales de los asentamientos, así como la ubicación de las piezas arqueológicas.

Los investigadores Marta Navazo y Carlos Díez realizaron un experimento mediante el cual introdujeron 50 piezas arqueológicas en un metro cuadrado de dos campos agrícolas en la provincia de Burgos para estudiar cómo la maquinaria agrícola las dispersa.

"De las 50 piezas tan sólo cinco eran visibles una vez sembrada la tierra, lo que supone que sólo el 10 por ciento de las piezas de nuestro asentamiento se pudieron registrar mediante la inspección directa del terreno", explica Navazo.

El experimento puso de manifiesto que la maquinaria agrícola desplazó las cinco piezas de la superficie a una distancia de 2,9 a 110 metros en la misma dirección del arado, lo que según Navazo "deforma el registro original" y, por tanto, "la interpretación que los arqueólogos hacen de las piezas en un contexto del uso del suelo prehistórico".

AUMENTO DE LA EXTENSIÓN

Otra de las conclusiones del estudio muestra cómo los asentamientos también aumentan su extensión original cuando se mueven las piezas, ya que el metro cuadrado del proyecto se transformó en un área de 731 metros cuadrados.

Navazo y Díez también midieron los movimientos verticales cribando un sedimento de un asentamiento prehistórico de los periodos Paleolítico medio y del Holoceno en le mismo espacio agrario. Tras el proceso comprobaron que se produjo un traslado de objetos de la superficie de entre 30 y 40 centímetros de profundidad, lo que destruyó la estratigrafía de éste y mezcló conjuntos de edades diferentes. Este hecho reafirma, según los autores, la convicción de la distorsión de los yacimientos por la actividad agrícola.

Los científicos confirmaron que las piezas arqueológicas se desplazan independientemente de sus dimensiones y en la misma dirección que las máquinas de arado, lo que dificulta el trabajo del arqueólogo.