MADRID 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Mientras las temperaturas suben poco a poco en Afganistán, poniendo fin así a uno de los inviernos más duros que ha causado miles de muertos, la preocupación ahora está fijada en la alerta por inundaciones debido al deshielo y las lluvias de primavera, que amenazan a millones de personas.
Al menos 21 de las 34 provincias afganas han sido consideradas "vulnerables" ante las fuertes lluvias que se prevén en la próxima estación, que habitualmente comienzan en marzo y terminan en mayo, según el Ministerio de Rehabilitación Rural y Desarrollo.
Las inundaciones y los corrimientos de tierra acabaron con la vida de decenas de personas y destruyeron miles de casas en distintas partes del país en 2007, informaron las autoridades. Este año, un cambio radical en las temperaturas puede provocar inundaciones más graves debido a las fuertes nevadas caídas a lo largo de todo el invierno, según los expertos.
Por todo ello, el Gobierno afgano y las agencias humanitarias de Naciones Unidas han comenzado a organizar medidas preparatorias para proteger y asistir a la población. "Es un asunto que el Gobierno de Afganistán y las agencias de la ONU se toman extremadamente en serio. Cada esfuerzo que se pueda hacer para prevenir la pérdida de vidas se hará", explicó a IRIN Aleem Siddique, portavoz de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés).
AYUDA HUMANITARIA
Estas medidas consistirán en 62.500 lotes de material para fabricar muros de contención que se repartirán entre 21 provincias, indicó el Gobierno en un comunicado. Además, se destinarán ayudas consistentes en alimentos y bienes de primera necesidad en las poblaciones más vulnerables, señaló Rick Corsino, representante del Programa Mundial de Alimentos (PAM) en Afganistán.
Los problemas por los que han tenido que pasar los afganos este invierno también han contribuido a elevar los precios de los alimentos, lo que ha colocado a unos dos millones y medio de afganos en "alto riesgo de inseguridad alimentaria", según el PAM.
Pese a las medidas tomadas por el Gobierno y las organizaciones humanitarias para mitigar el impacto del invierno, aproximadamente 1.000 afganos han muerto debido a las duras condiciones y enfermedades en los últimos tres meses.