Un centro barcelonés colaborará con una misión espacial europea para mejorar las condiciones climáticas

Europa Press Sociedad
Actualizado: miércoles, 25 julio 2007 19:17

BARCELONA 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

Científicos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) colaborarán desde Barcelona con la misión espacial SMOS de la Agencia Espacial Europea (ESA), que pretende mejorar las predicciones climáticas para afrontar el efecto invernadero, el cambio climático o los desastres naturales a partir del verano del 2008.

Para ello, la UPC y el CSIC han puesto en marcha un centro, pionero en Europa y que es experto en observación de la Tierra, para preparar esta misión y que coordinará la actividad científica española entorno al proyecto de la agencia europea.

El centro, ubicado en el edificio del Centro Mediterráneo de Ciencias del Mar del CSIC, ha sido bautizado como Centro Experto SMOS en Barcelona para la Calibración Radiométrica y Salinidad Oceánica (SMOS-BEC).

Expertos de la UPC han participado en la creación del instrumento de análisis que usará el satélite encargado de la misión que utiliza la radiometría de apertura real y recibe el nombre de MIRAS (Microwave Imaging Radiometer by Aperture Synthesis).

Éste mide la radiación de las variables geofísicas, que intervienen en el ciclo del agua, a través de las 73 antenas colocadas en el satélite que recogen información sobre la salinidad del mar y la humedad del subsuelo.

El uso de la radiometría para medir y predecir el clima es pionero en el mundo y representa un gran avance científico para la industria espacial europea porque es la primera vez que "Europa está por delante de Estados Unidos" en este sector, según informó el profesor del Departamento de Teoría del Señal y Comunicaciones de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) Francesc Torres.

La UPC es uno de los centros que ha trabajo en el proyecto SMOS desde 1998, cuando se propuso la misión a ESA, en colaboración con otras instituciones europeas. La universidad catalana, además, es quien diseñó el MIRAS, el único instrumento que irá a bordo del satélite y el primero que funciona a 1,4GHz, una banda de frecuencia baja que permite la mejor resolución espacial para observar la Tierra.

Para recopilar la información, el satélite usará las 73 antenas de doble polarización, colocadas en una estructura en forma de 'Y', con las que captará la radiación de microondas relacionada con la humedad del suelo y la salinidad del océano. Cada imagen recibida y capturada por las antenas tiene una cobertura de 100km, con lo que en tres días se recopila información de el Planeta.

Las imágenes que captura el satélite serán procesadas por los científicos y transformadas en mapas regulares de salinidad y humedad a diferentes escalas. Con ellos, los científicos de todo el mundo las podrán solicitar de forma gratuita y "a la carta", según puntualizó el responsable de las medidas de salinidad en la misión, Jordi Font.

El Centro Experto SMOS en Barcelona para la Calibración Radiométrica y Salinidad Oceánica (SMOS-BEC) será el encargado de procesar o traducir los datos recibidos desde el satélite, que primero pasan por la estación espacial de procesamiento y distribución Vilafranca del Castillo (Madrid).

Para procesar los datos se usarán algoritmos, operaciones matemáticas, que adaptan la información a un lenguaje comprensible para cualquier científico.

ESPAÑA APORTA 70 MILLONES DE EUROS EN LA MISIÓN.

Uno de los principales motivos por los que Barcelona acoge este centro es por el interés que ha mostrado España con el proyecto. De los 200 millones de euros que cuesta la misión el Estado español ha aportado 70. Otro país que también se ha volcado particularmente es Francia, quién proporciona el satélite y donde se ubicará otra de las cedes, en Toulouse. La tercera estará en Inglaterra.

El satélite saldrá en órbita el verano de 2008 desde Rusia y será de exploración. Los científicos implicados en el proyecto confirmarán si los datos recibidos se ajustan a la realidad, así como solventar posibles contratiempos. Se estima que el satélite permanecerá en órbita entre 3 y 10 años y que se irán lanzando otros a medida que el proyecto avance.

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