BANGKOK, 30 Mar. (Reuters/EP) -
Científicos y representantes de gobiernos de todo el mundo se reunirán esta semana en Tailandia para las primeras conversaciones formales del largo proceso de crear un sustituto para el Protocolo de Kioto sobre el cambio climático antes del final de 2009.
Alrededor de 190 países se pusieron de acuerdo el pasado año en Bali para comenzar las negociaciones, que durarán dos años, para sustituir el antiguo pacto, que sólo obliga a 37 países ricos a reducir sus emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero en una media de un cinco por ciento desde los niveles de 1990 hasta 2012.
Los expertos en clima de la ONU pretenden que el nuevo acuerdo imponga a todos los países, aunque existe un amplio desacuerdo en el asunto de cómo repartir la carga entre las naciones ricas, encabezadas por Estados Unidos, y los países en vías de desarrollo, como India y China.
No se prevé que se tomen decisiones importantes en Bangkok, cuyas conversaciones tiene el fin de establecer un calendario para las siguientes rondas de negociación, que culminarán en una conferencia en Copenhage a finales del próximo año.
Yvo de Boer, jefe del Secretariado para el Cambio Climático de la ONU, dice que "el desafío es diseñar un acuerdo futuro que aumente de manera significativa la adaptación, frene con éxito la subida de las emisiones globales en los próximos diez o quince años y recorte drásticamente las emisiones para el año 2050".
Aunque las negociaciones serán duras, una serie de informes de la ONU publicados el año pasado subrayaron la necesidad de recortar la emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, que provocan el calentamiento global.
Uno de estos informes explicaba que se sabe con el 90 por ciento de certeza que es la acción humana la que provoca los cambios en el sistema meteorológico y que provocará más olas de calor, sequías, tormentas y subidas del nivel del mar.
INDUSTRIALIZACIÓN ACELERADA
Un importante asunto que debe ser evitado es el rechazo de los grandes países en vías de desarrollo, como India y China, a aceptar las medidas que pueden suponer un freno a su rápida industrialización.
Los negociadores también tendrán que lidiar con Estados Unidos, el único país de los considerados ricos que no firmó en Kioto, ya que el presidente, George W. Bush, abandonará su cargo tras las elecciones de noviembre.
Bush sacó a su país de las conversaciones para el Protocolo de Kioto en 2001, alegando que el pacto dañaría la economía estadounidense y que era injusto desde que excluyó a las grandes naciones en desarrollo del recorte de emisiones.
Desde entonces, la Casa Blanca ha moderado su postura diciendo que la administración Bush aceptará objetivos de emisiones si el resto de grandes emisores también lo hacen de acuerdo con sus circunstancias particulares.
Esto ha suavizado las críticas a Washington, aunque los grupos ecologistas y muchos países pobres aseguran que no esperan grandes progresos en el nuevo pacto de cambio climático hasta que entre la nueva administración a la presidencia estadounidense, a comienzos de 2009.
De Boer, por su parte, ha declarado que cree que "Estados Unidos ha cambiado".
Los tres candidatos a la presidencia del país americano son más ecologistas que Bush y apoyan un sistema para animar a las empresas a reducir la emisión de dióxido de carbono.
La ONU pretende que el nuevo tratado entre en vigor el año que viene para dar a las compañías y a los inversores todo el conocimiento para el avance que sea posible sobre los cambios que se avecinan, y para que los parlamentos nacionales tengan el tiempo suficiente para ratificarlo antes de 2012, cuando expira el de Kioto.