TARRAGONA 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los forenses negaron hoy la posibilidad de que Luigi D.G., acusado de matar a su hijastro por hacerle perder una partida en la videoconsola, tenga un trastorno causado por la adicción al juego. Así lo dijeron en la última sesión del juicio contra el acusado, celebrada hoy.
A este factor se acogió la Fiscalía para mantener su petición de 20 años de pena por el asesinato del menor. Según el fiscal, el crimen fue por dolo eventual ya que los golpes que se le dieron resultaban "letales" para un bebé. Además recordó que los forenses explicaron que si se hubiera atendido al niño con celeridad "se habría salvado". El fiscal considera que existió "ánimo y voluntad" de causar daño al menor, "el cual no tenía posibilidad de defenderse".
También incidió en que, de acuerdo con varias declaraciones, el acusado no llevaba días jugando sino sólo un rato y reiteró que el informe psiquiátrico es "contundente" al negar la posibilidad de ofuscación por el juego. El Ministerio Público terminó su informe afirmando que puede ser cierto que, como dice el acusado, quería al niño como un hijo "hasta que dejó de tratarlo como tal", concluyó.
LAS ACUSACIONES ELEVAN LA PENA.
Las acusaciones popular y particular modificaron hoy su petición de pena para el acusado elevándola a 25 años de cárcel por asesinato con ensañamiento, alevosía y parentesco. Según los abogados de la acusación, el acusado dio varios golpes al menor hasta producirle la muerte. Además el bebé no tenía posibilidad de defenderse.
La acusación también se basó en el informe psiquiátrico forense para defender que el crimen no tenía justificación alguna, ya que los psicólogos y psiquiatras no encontraron ninguna posibilidad de trastorno en el acusado causado por el juego.
Por su parte, la defensa mantuvo que el trastorno existió apoyándose en la declaración de uno de los psicólogos que manifestó que, de acuerdo con su caso personal, es posible que cuando una persona esté jugando "no atienda a razones".
El acusado tendría en su casa más de 60 juegos de consola, la mayoría de ellos de temática violenta. La defensa se apoyó también en las palabras de la madre de la víctima, que declaró a puerta cerrada, que habría dicho que "la Play le comía las neuronas".
La defensa manifestó que "no tiene sentido" que si el acusado quería tanto al crío como decía, lo quisiera matar. Por esto, entiende que se puede considerar el crimen un homicidio preterintencional, es decir que no había intención de matar sino sólo de lesionar pero el resultado terminó siendo fatal. Admite una pena máxima de dos años de cárcel para su defendido. La defensa quiere que se admitan los supuestos de confesión y de trastorno como atenuantes.
Antes de terminar la sesión el acusado hizo uso de su derecho a la última palabra y volvió a manifestar que "quería mucho" al bebé, que estaba "muy arrepentido" y que "nadie mata a un ser amado así como así". También aprovechó para "pedir perdón" a los familiares de la víctima, que hoy no acudieron al juicio.
Luigi dijo que "nunca" se le pasó por la cabeza hacer algo así. "Ustedes sólo ven al asesino, pero nadie sabe como sufro yo. Casi me es imposible vivir con esto y cada vez va quedando menos de mí. Siempre llevaré esta pena dentro", manifestó. El juicio quedó esta tarde pendiente del veredicto del jurado.