MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Varias ONGD destacaron hoy que el aumento en un 39 por ciento en el asunto de la cooperación al desarrollo de la salud por parte de España "sigue lejos del necesario" para que se cumplan los ocho Objetivos del Milenio fijados por la ONU. También aseguraron que para que la ayuda sea efectiva, "debe aumentar la coordinación de los actores" que la llevan a cabo.
En un acto de presentación de la sexta edición del informe 'La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria', celebrado en Madrid, las ONGD Prosalus, medicusmundi y Médicos del Mundo declararon que "la salud es un derecho fundamental humano que está muy relacionado con el desarrollo de los pueblos y que es responsabilidad de todos los Estados".
En el caso concreto de España, el dato más positivo es que "cumple el compromiso de aumentar un 20 por ciento la ayuda, donando un 39 por ciento más a la salud de los países de renta media baja". Sin embargo, sólo un 0,32 por ciento de la renta española se destina a este ámbito de cooperación, lo que no llega a alcanzar el objetivo fijado por la ONU del 0,33 por ciento. Aún así, Carlota Merchán, representante de Prosalus, destacó que "España se sitúa entre los que más ayudan del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD)".
Merchán también citó que las comunidades autónomas que más cantidad de dinero destinan a la cooperación en salud son, por este orden, Cataluña, Andalucía, Madrid y País Vasco. Sin embargó, detalló que "las que más esfuerzo hacen", es decir, las que mayor porcentaje de su renta destinan son Baleares, Navarra, Castilla-La Mancha y País Vasco. Además, Merchán explicó que el estudio examina los datos de 2006, "el primer año de legislatura socialista que responde totalmente al nuevo ciclo de planificación".
EL PROBLEMA DE ÁFRICA SUBSAHARIANA
Por su parte, la representante de Médicos del Mundo, Susana Fernández, mostró su especial preocupación por los resultados referidos a las enfermedades transmisibles. A pesar, de que las nuevas infecciones de sida han disminuido, la situación en África Subsahariana no es muy halagüeña. Respecto a la malaria, "que se puede evitar con unas simples redes antimosquitos", lamentó que haya provocado un millón de muertes en el último periodo. Además, se refirió a las respuestas que se han dado a los tres Objetivos del Milenio que responden al ámbito de la salud.
En cuanto al objetivo de reducir la mortalidad infantil, la estadística no es muy positiva, ya que "sólo 35 países lo van a conseguir". En materia de salud materna, también queda mucho trabajo por hacer, especialmente en África Subsahariana, donde la mortalidad de las madres en el parto es "mil veces mayor" que en otras partes del mundo. Para alcanzar el tercer objetivo, el de combatir las enfermedades transmisibles, Fernández aclaró que "se necesita multiplicar por dos la ayuda". En este último punto, la peor parte es de nuevo para África Subsahariana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) añade a todo esto los retos de "tener un sistema de salud fuerte, colaborar con la comunidad internacional y aumentar la recaudación financiera". Ésta última sirve para darse cuenta del abismo que existe entre los países desarrollados, donde se gastan unos 3.000 dólares (casi 2.040 euros) per cápita al año, por los 36 dólares (unos 24 euros) de media en los países en vías de desarrollo. Fernández lamentó que "en algunos países no llega ni a 10 dólares (menos de 7 euros) al año".
Los países que reciben más ayuda son los de África, ya que seis de los diez que encabezan la lista pertenecen a este continente. En este sentido, Fernández afirmó que la Unión Africana "aprobó en 2007 una iniciativa para comprometerse a que cada país alcance el 15 por ciento de financiación en salud". De esta lista de los que más ayuda reciben desaparecen respecto al anterior estudio China, Indonesia y Ghana, lo que supone que "ahora hay más coherencia". Por ejemplo, China estaba recibiendo ayuda de España al mismo tiempo que enviaba ayuda a África.
Sin embargo, Fernández aseguró que sigue existiendo una "enorme inequidad", ya que la esperanza de vida media en los países en vías de desarrollo es de 46 años, mientras que en los países desarrollados es de 65. También mencionó que la OMS "dice que hay recursos técnicos y económicos suficientes para hacer frente a esta brecha", por lo que sólo hace falta "armonizar" los esfuerzos.
