Actualizado 09/02/2008 14:36

ONG`s advierten del riesgo sanitario que corren los desplazados tras la violencia postelectoral en Kenia


NAIROBI, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las organizaciones humanitarias que trabajan en Kenia y los médicos del país han advertido de que la reciente ola de violencia en el país tras las elecciones tendrá repercusiones a largo plazo en el terreno sanitario, en especial en las zonas más problemáticas como las del Gran Valle del Rift, escenario de violentas matanzas étnicas.

Resultan especialmente preocupantes aquellos pacientes de enfermedades crónicas que, al interrumpir su tratamiento por culpa del conflicto, podrían experimentar una resistencia a los medicamentos que se les proporcionan para combatir la tuberculosis o el VIH.

"Es el tema más preocupante", reconoció el coordinador médico de Médicos sin Fronteras (MSF), Ian van Engelgem, a la agencia de noticias de Naciones Unidas, IRIN. "Ahora mismo muchos pacientes de VIH se encuentran recibiendo tratamientos de primera línea, pero si terminan desarrollando una resistencia a los antirretrovirales deberán usar medicamentos de segunda línea, mucho más caros", añadió.

Otra de las preocupaciones entre el contingente humanitario reside en el hecho de que los desplazados suelen tener un mayor acceso a los cuidados sanitarios en comparación con los residentes locales donde se instalan los campamentos de refugiados. "Si los desplazados tienen acceso a los cuidados médicos, debería aplicarse también a las comunidades locales, que están igualmente afectadas por los disturbios", afirmó el cooperante de MSF.

MÉDICOS DESPLAZADOS

La violencia afecta a todos, incluso a los trabajadores humanitarios que viven en Kenia y que son incapaces de desarrollar sus trabajo ante la amenaza de nuevos enfrentamientos. "La situación de seguridad, especialmente en el Valle del Rift, afecta al aprovisionamiento médico ya que un gran número de voluntarios y trabajadores humanitarios se encuentran desplazados o bien no pueden informar de su situación", según declaró la consejera de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la enfermedad de la malaria, Joanne Greenfield.

Tanto la OMS como las organizaciones no gubernamentales han expresado su profunda preocupación sobre la situación en la provincia del Rift. El pasado seis de febrero, varios medios locales citaron brotes de diarrea y de varicela en dos campos de Naivasha, situado en la mencionada zona.

"El número de zonas que albergan a los desplazados aumenta cada vez más", según un comunicado de la OMS, cuyo estudio inicial revela que "estas instalaciones están superpobladas, escasamente resguardadas de las inclemencias del tiempo, disponen de poca agua, las condiciones higiénicas son lamentables (un lavabo por cada 500 personas), no hay combustible para cocinar, la comida está racionada y el acceso a los medicamentos es difícil tanto en el mismo cambio como en los hospitales cercanos".

VIOLENCIA SEXUAL

A estas circunstancias hay que añadir que muchos hospitales de la provincia han denunciado un significativo aumento de casos de violencia sexual, y frente a este tipo de crímenes, los campos no ofrecen ningún tipo de asesoramiento. "Las supervivientes no tienen acceso ni al mínimo exigible de cuidados médico y psicológicos, dejándolas expuestas a enfermedades como el sida o el VIH", según el comunicado de la OMS.

El superintendente médico del Hospital General Provincial del Valle del Rift, George Mugenya, declaró que los servicios médicos cada vez operan con más normalidad, pero admitió que el problema de los desplazados requiere de una solución inmediata. "Cuando la violencia alcanzaba sus momentos más críticos , hemos puesto a pacientes en espera mientras nos ocupábamos de las emergencias", manifestó Mugenya. "No obstante, ahora que la situación está más tranquila, estamos viendo que algunos de los servicios siguen deteriorados porque gran parte de los médicos se encuentran desplazados", añadió.

"Algunos de los trabajadores no están listos para presentarse al servicio mientras otros vienen de forma irregular, lo que ha afectado a ciertos servicios como la sección de Neonatología, pero por lo demás, las cosas están volviendo a la normalidad", reconoció Mugenya, que consideró que el principal desafío reside ahora en "reabastecer los suministros médicos del hospital".

Varios equipos coordinados por oficiales de la OMS ha visitado las ciudades de Eldoret y Nakuru para coordinar la dispersión de las actividades sanitarias. De momento, los equipos han visitado los campamentos de desplazados para examinar la disponibilidad de estos suministros.

Especialmente preocupante es el problema de las infecciones respiratorias en los niños, y la falta de acceso a tratamientos contra la malaria, el VIH, la tuberculosis, la hipertensión y la diabetes.

El ministro keniano de Salud, junto con la OMS, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Cruz Roja keniana y otras ONG llevaron a cabo, a finales del mes pasado, una evaluación conjunta de la evolución de la provincia de Uasin Gishu, en el Valle del Rift, que alberga 150.000 desplazados, distribuidos en once campos.

El resultado de este estudio ha impulsado a las autoridades a lanzar una campaña de inmunización en masa contra el sarampión y la polio, así como otra de inyecciones de suplementos vitamínicos que comenzaría en febrero.