El profesor Nombela señala que el hallazgo de Craig Venter servirá para producir hidrógeno y bioetanol

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 25 enero 2008 13:34

MADRID 25 Ene. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense César Nombela afirmó hoy que el descubrimiento del Instituto Craig Venter constituye un "paso más para crear nuevas combinaciones de genes de forma dirigida por la mano del hombre" que tiene aplicaciones como "producir hidrógeno con fines de generar energía" y bioetanol "a partir de materiales menos útiles que las semillas", que son necesarias para la alimentación humana.

En declaraciones Europa Press, calculó que se trata de "un paso más en las aplicaciones de estos posibles organismos", pero de una forma mucho más dirigida y específica, puesto que, en el caso del bioetanol, se puede luchar contra "unos problemas de alimentación nuevos, que no existían antes". "Las posibilidades de manejo cada vez son más elevadas", aseguró.

Así, opinó que el hallazgo del equipo científico del investigador estadounidense Craig Venter, que ha conseguido fabricar el genoma completo de un organismo vivo, una bacteria, es un "avance que es continuación de otros, no es crear vida artificial, es copiar o recrear moléculas propias de organismos que son vitales para definir lo que son esos organismos".

"Se podrán sintetizar productos de interés, realizar transformaciones que resultan útiles o ser utilizados como agentes descontaminantes", concretó.

Por otro lado, advirtió de que, como en todo hallazgo científico, pueden existir "aplicaciones indeseables" como la creación de "algún agente muy patógeno, un organismo con ciertos peligros". "Para eso está la regulación social, para determinar las implicaciones éticas en la medida de que sea un instrumento para propósitos positivos de la ciencia", apuntó.

En cuanto a la posibilidad de que se monopolice este tipo de descubrimientos a través de "la regulación del mundo de las patentes" demandó que se "debe encauzar en el sentido más razonable porque una patente es un contrato entre un inventor y la sociedad". "La sociedad concede derechos de explotación al inventor a cambio de que haga público su hallazgo y se avance sobre él", concluyó.

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