Actualizado 03/12/2008 16:01

Activistas de Ecologistas en Acción escenifican ante Industria su rechazo a las ayudas para el sector automovilístico

MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

Activistas de Ecologistas en Acción escenificaron hoy ante el Ministerio de Industria su rechazo a las ayudas concedidas por el Gobierno al sector del automóvil, "caracterizado por su continua y férrea resistencia para aceptar regulaciones que les obliguen a fabricar coches menos contaminantes".

"Esta transferencia de fondos públicos es, además, un frustrado intento para mantener artificialmente un modelo de industria ambiental y económicamente insostenible", aseguraron.

A juicio de la organización, la industria del automóvil se ha caracterizado por su oposición a la normativa que les obliga a publicitar coches mostrando claramente las emisiones de CO2 y que limita el uso malintencionado y falso de términos como "ecológico" o "respetuoso con el medio ambiente", así como a las regulaciones para reducir emisiones de CO2.

En este sentido, lamenta que la Unión Europea acordará ayer mismo retrasar de 2012 a 2015 las obligaciones de reducción de emisiones de los coches. "Se trata de un error estratégico de primera magnitud. Lo que resulta claro es que los fabricantes que apuesten por los vehículos menos contaminantes serán los que mejor posición tengan en el futuro próximo", advirtieron.

Aunque Ecologistas en Acción asegura entender el "gran peso" que la industria del automóvil tiene en la economía nacional y se lamenta por las personas que pueden perder su puesto de trabajo, considera un "tremendo error mantener artificialmente la producción insostenible de coches". "Dar dinero público con este fin es, además de un derroche de dinero, un frustrado intento de sostener un modelo de crecimiento incompatible e insostenible en un mundo de recursos finitos", concluyeron.

Ecologistas en Acción es una confederación de más de 300 grupos ecologistas distribuidos por pueblos y ciudades. Forma parte del llamado ecologismo social, que entiende que los problemas medioambientales tienen su origen en un modelo de producción y consumo cada vez más globalizado, del que derivan también otros problemas sociales, y que hay que transformar si se quiere evitar la crisis ecológica.