Actualizado 30/03/2012 13:02

Amnistía condena duramente la ejecución de tres presos en Japón, la primera en casi dos años


MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) ha condenado con dureza la ejecución mediante la horca de tres delincuentes en Japón y ha calificado de "inaceptable" que el ministro de Justicia, Toshio Ogawa, haya esgrimido el cumplimiento del "deber" para justificar este "importante paso atrás".

Los tres delincuentes fueron ahorcados ayer jueves. Tomoyuki Furusawa, de 46 años, fue ejecutado en la prisión de Tokio; Yasuaki Uwabe, de 48, fue ahorcado en Hiroshima; y Yasutoshi Matsuda, de 44, fue ejecutado en Fukuoka. Se trata de las primeras ejecuciones cometidas en Japón desde el 28 de julio de 2010. Toshio Ogawa dio la autorización a estos últimos ahorcamientos con el argumento de que ése era su "deber" como ministro.

"Justificar actos que suponen una violación de los Derechos Humanos presentándolos como un 'deber del ministro' es inaceptable", declaró la subdirectora para Asia-Pacífico de Amnistía Internacional, Catherine Baber. "Más aún, la responsabilidad de los dirigentes es combatir el crimen sin recurrir a este castigo máximo, cruel, inhumano y degradante", aseveró.

"Hace solo dos días, Amnistía Internacional publicó su informe sobre la pena de muerte en el mundo, en el que destacaba el hecho positivo de que Japón no hubiera ejecutado a nadie en cerca de dos años", recordó Baber. Por ello, las ejecuciones del jueves suponen "un importante paso atrás" y sitúan a Japón entre "la minoría de países" que siguen aplicando la pena de muerte.

EJECUTADOS "EN CUALQUIER MOMENTO"

Según AI, las ejecuciones en Japón se llevan a cabo mediante la horca y, por lo general, en secreto. "Los presos suelen ser avisados pocas horas antes, pero en algunos casos puede que ni siquiera se les avise", explicó la organización.

"Ello supone que los presos viven cada día sabiendo que pueden ser ejecutados en cualquier momento", prosiguió. "Los familiares solo son avisados cuando la ejecución ya se ha llevado a cabo", agregó.

En la actualidad hay 132 presos condenados a la pena capital en Japón, entre ellos 13 miembros de la secta que perpetró en 1995 el ataque con gas sarín en el metro de Tokio, según los datos de la agencia de noticias Kiodo.