MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Española de Productores de Huevos (ASEPRHU) ha señalado que el censo de gallinas ponedoras ha caído un 22 por ciento en el último año, tras la adaptación de las granjas del país a la nueva directiva de la UE sobre protección de las gallinas ponedoras, que se puso en marcha el pasado mes de agosto.
Además, ha destacado que el proceso de adaptación e innovación para ponerse al día con esta nueva directiva ha acarreado "una reducción significativa de la producción de la UE". Concretamente, ASEPRHU señala que en julio de 2012, el numero de granjas de ponedoras comerciales registradas en España ascendía a 937, la mitad de las que había a finales de 2006.
En cuanto a inversión, desde ASEPRHU cifran en 600 millones de euros, solo en España, el dinero invertido por el sector para sustituir las jaulas convencionales por modernas jaulas enriquecidas que persiguen garantizar el bienestar de los animales y la puesta de huevos de calidad.
En este sentido, ha apuntado que España, segundo productor de huevos de la UE, más del 90 por ciento de las gallinas están en jaulas. Estas nuevas jaulas tienen un 36 por ciento más de espacio por ave, alojan grupos mas numerosos, son mas grandes, incluyen nidos para la puesta de huevos, perchas y zonas para escarbar.
Esta normativa comunitaria esta en línea con el modelo europeo de producción, que promueve la sostenibilidad en la producción de alimentos, mediante el respeto al medio ambiente, a la sanidad y al bienestar animal, a la seguridad alimentaria y a la atención de las demandas de los consumidores y de la sociedad.
Según ASEPRHU, los nuevos sistemas de producción para cumplir con estos criterios se han desarrollado en los últimos años con muchas dosis de investigación e innovación en conocimiento del comportamiento y el bienestar animal y su aplicación a la tecnología de las instalaciones avícolas. A su juicio, se trata de una muestra más de como la I+D+i se convierte en el motor de progreso y desarrollo de los sectores productivos.
Del mismo modo, asegura que la aplicación de las normas sobre bienestar de las gallinas ponedoras ha sido un condicionante para el sector del huevo en los últimos años, pero no el único. A este se suman otros como el encarecimiento de las materias primas para piensos, la aplicación de nuevos requisitos ambientales y de sanidad animal y seguridad alimentaria en la UE, las dificultades para repercutir los costes de producción a lo largo de la cadena alimentaria y el descenso del consumo per capita de huevos.
En este sentido, la asociación ha indicado que, para que el sector pueda seguir adelante ofreciendo huevos con las mayores garantías de seguridad alimentaria y respeto por el bienestar animal, la sociedad debe conocer y valorar el modelo europeo de producción, y ser conscientes de los sobrecostes que supone, en relación a las producciones de países terceros a las que no se pueden exigir.
