Actualizado 24/07/2008 13:01

Greenpeace rechaza construir tres incineradoras en la Comunitat Valenciana porque son "ineficaces" con los residuos

VALENCIA, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

Greenpeace calificó hoy de "desafortunada" la propuesta del Plan Integral de Residuos (PIR) de la Comunitat Valenciana y el "proyecto de construir tres incineradoras planteado por la Conselleria de Medio Ambiente, ya que, al parecer de la organización ecologista, "indica la falta de medidas eficaces para solucionar el problema de los residuos", aseguraron hoy fuentes de la entidad en un comunicado.

Desde la organización recordaron que ya se ha posicionado contraria a la construcción de incineradoras en la Comunitat Valenciana en otras ocasiones en las que han existido propuestas de la Generalitat. La última fue la propuesta de construir una planta en la Vall d'Alba que fue paralizada en julio de 2006, diez meses antes de las elecciones autonómicas, apuntaron.

"Un plan así refleja la falta de soluciones y de conciencia ambiental. Es un error optar por quemar el dinero de los contribuyentes en instalaciones que son muy caras de construir y mantener, que son grandes focos de contaminación, que potencian el cambio climático y que, además, no dan respuesta a los problemas asociados con la creciente generación de residuos", declaró Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.

En opinión de este colectivo, la solución al problema de los residuos debe "centrarse en su origen, a través de medidas eficaces de reducción". Al respecto, argumentaron que "las actuales políticas basadas en la eliminación son un parche que ocultan el problema en vez de resolverlo; por eso, la prioridad de un plan de residuos adecuado es la prevención".

En el tratamiento de los residuos "se debe implementar la separación selectiva en origen para asegurar el buen reciclaje, compostaje y digestión de las diferentes fracciones", aseveraron.

En esta línea consideraron que la puesta en marcha de un plan ambientalmente correcto incentivaría el reciclaje, por lo que se reduciría el porcentaje de residuos que irían al vertedero o a la incineradora. Por eso se debe optar por un tratamiento final con el menor coste ambiental y la máxima flexibilidad para los cambios. La incineración no cumple ninguno de estos dos requisitos, afirmaron.

"De nuevo, nos encontramos ante proyectos donde los beneficiados no somos los ciudadanos. Ganan las grandes empresas, que obtienen contratos millonarios de 25 o 30 años, y las administraciones que de forma irresponsable ocultan los problemas en vez de solucionarlos", lamentó Del Río.