MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Asociación para la Atención de Personas con Discapacidad Intelectual Ligera (ADISLI) desarrolla cursos destinados a que las personas con discapacidad intelectual aprendan a desenvolverse en el metro de Madrid, algo que supone un reto para un grupo de jóvenes para los que "sacar el abono o comprar el billete es un mundo".
El viaje comienza en la entrada de la parada de Pacífico, cerca de la sede de la asociación, donde suelen recibir las clases teóricas "para que se manejen bien en el metro". Mientras empiezan a rellenar un cuestionario, Natalia, Hugo, Beltrán, Milagros y Arancha están "un poco nerviosos" porque tienen que hacer un trasbordo en Sol para llegar hasta Argüelles.
Una vez dentro del propio vagón, Carmen, la terapeuta ocupacional que ayuda al grupo hoy opinó que el suburbano madrileño "está muy preparado para las personas con discapacidad física", pero no tanto para personas con discapacidad intelectual, cuyo principal problema es la orientación. "Hay una montón de líneas y de colores con los que se hacen bastante lío con algo que es muy necesario para todos los días ir a la asociación, a trabajar o al colegio", ejemplificó.
En este sentido, Natalia acostumbra a utilizar la línea 1 para moverse desde su domicilio, en Estrecho, hasta Pacífico, donde trabaja como administrativa en ADISLI. De hecho, con el objetivo de que sus alumnos interioricen nuevos itinerarios, la asociación lleva trabajando cinco meses mediante unas fases de aprendizaje en las que se les van retirando apoyos hasta funcionar casi con completa autonomía.
"PREFERIMOS EL PLANO ANTIGUO, ERA MÁS SENCILLO".
En pleno trasbordo de Sol, uno de los centros neurálgicos de la ciudad, el grupo se reúne alrededor de un mapa de metro, un auténtico obstáculo para su orientación porque el actual "es muy cuadrado" y algo más complicado que el antiguo. Lo más difícil es "lo de las líneas, enlazarlas unas con otras", concretó Hugo.
Así, Carmen demandó que para ellos se simplificaran más los planos con una estructura que "no fuera tan cuadrada", a la vez que apoyos para moverse por el metro. Por su parte, Esther, que también acompaña al grupo como terapeuta pidió "crear más sistemas que realmente les enseñen porque el metro está muy bien pero no hay sistemas ni proyectos que enseñen a la gente con discapacidad a usarlo".
El proyecto forma parte del programa de autonomía urbana de ADISLI que implica aprender a moverse por la ciudad: su transporte, el mercado o el manejo del euro. Hasta el momento, este proyecto "innovador y muy divertido" como calificaron Carmen y Esther, está siendo todo un éxito, pero siempre son necesarias "más subvenciones, más equipamiento y más personas".