Actualizado 13/02/2009 16:35

HRW acusa a los rebeldes hutus ruandeses de haber "matado brutalmente" a un centenar de civiles en Kivu (RDC)

La organización asegura que "hacía años" que no se veía "tal nivel de violencia"


NUEVA YORK, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) aseguró hoy que los rebeldes hutus ruandeses de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) "han matado brutalmente" a un centenar de civiles en la región de los Kivus (en el este de la República Democrática del Congo (RDC) entre los días 20 de enero y 8 de febrero, coincidiendo con la operación conjunta que llevan a cabo los Ejércitos congoleño y ruandés.

Un equipo de investigadores de Human Rights Watch ha interrogado a decenas de víctimas y testigos recién llegados a los campamentos de desplazados de Goma (capital de la provincia de Kivu Norte) desde las zonas de Ufamandu y Walowaluanda (Kivu Norte) y desde Ziralo (Kivu Sur). Sus testimonios suponen las primeras denuncias sobre la muerte de civiles por parte de las FDLR desde que comenzaron las operaciones conjuntas.

"Las FLDR tienen un pasado muy desagradable, pero hacía años que no veíamos tal nivel de violencia", declaró una investigadora de la división de África de Human Rights Watch, Anneke Van Woudenberg. "Habíamos documentado numerosos abusos por parte de las FDLR, pero estos homicidios tienen unas proporciones espantosas", añadió. La operación conjunta tiene como objetivo desmantelar las milicias hutus que han entrado en el este de la RDC desde 1994. Algunos de sus comandantes están acusados de participar en el genocidio perpetrado ese mismo año en Ruanda.

A medida que la coalición ruandesa y congoleña avanzaba hacia los cuarteles generales de las FDLR en Kibua y Ufamandu, en Kivu Norte, los rebeldes secuestraban a numerosos residentes de las aldeas locales, a los que trasladaban a sus campamentos aparentemente para utilizarlos como escudos humanos, según HRW. Varios testigos aseguraron que cuando las fuerzas de la coalición atacaron Kibua el pasado 27 de enero, los civiles atrapados intentaron huir, pero las FDLR asesinaron a muchos de ellos a machetazos y otros murieron a causa de los tiroteos.

Un testigo de Kibua denunció que las FLDR mataron a siete personas, incluida una mujer embarazada a la que abrieron el vientre. Otro vio cómo los rebeldes hutus golpeaban hasta la muerte a una niña de diez años contra un muro de ladrillos. Asimismo, mientras huían de la zona, los milicianos de las FLDR secuestraron a decenas de civiles a los que obligaron a cargar sus enseres.

"AFILANDO LANZAS Y MACHETES"

En la aldea de Remeka, en Ufamandu, los rebeldes ruandeses convocaron un mitin durante el cual acusaron a la población, a los ancianos locales y al grupo armado Mai Mai de haberles traicionado. Un vecino presente en el acto aseguró que las FDLR advirtieron de que no permitirían salir a ningún vecino de la aldea y que estaban "afilando sus lanzas y machetes". "Las FDLR nos dijeron que en caso de que les disparasen, fuesen quienes fuesen, nos harían responsables y nos matarían", explicó otro testigo.

Al término del mitin, los rebeldes levantaron barricadas para impedir la huida de los habitantes. A los que intentaban huir les atacaban. Decenas de ellos fueron asesinados a tiros, con granadas y a machetazos, según los testigos. "Mientras yo huía vi cadáveres en todas partes, de hombres, mujeres y niños", afirmó uno de ellos. "Todos habían sido asesinados por las FDLR", aseguró.

Las milicias también violaron en Remeka a una decena de mujeres a las que acusaban de haberse unido a las filas del Gobierno. Por ejemplo, en el territorio de Masisi (sur de Kivu Norte), las FDLR violaron y asesinaron el pasado 27 de enero a una mujer y violaron a su hija de nueve años de edad.

El mensaje transmitido en Remeka fue repetido posteriormente en una carta enviada por las FDLR a principios de febrero al gobernador de Kivu Sur. En la carta, los rebeldes advertían de que las poblaciones locales que colaborasen con las tropas ruandesas serían declaradas "enemigos mortales" y tratadas como "parte beligerante".

Tras los ataques en Ufamandu, las milicias de las FDLR huyeron a través de Walowaluanda y del territorio de Walikale a la región de Ziralo, en Kivu Sur, donde, según HRW, siguieron asesinando a civiles. Una mujer de la aldea de Ziralo aseguró a Human Rights Watch que las FDLR habían asegurado que no se irían de Congo sin "haber exterminado antes al pueblo congoleño". Los rebeldes asesinaron a su padre, de 73 años de edad, y a su tío, de 80, a quienes rompieron el cráneo a golpes de azada.

Los testigos también aseguraron a Human Rights Watch que las FDLR secuestraron a principios de febrero a medio centenar de civiles en las aldeas de Lulere, Mianda, Kalingita, Katale y Kirambo, en el límite entre Kivu Norte y Kivu Sur. Aparentemente se las llevaron al bosque de Kinono, en Ziralo (Kivu Sur), y se desconoce su paradero.

RUANDA, CONGO Y LA MONUC

El Ejército congoleño comanda oficialmente esta operación conjunta, pero las tropas de la coalición que atacaron a las FDLR en Ufamandu eran sobre todo soldados ruandeses, los cuales, según HRW, han sido acusados de violar a varias mujeres desde que comenzó esta ofensiva.

"Los soldados tutsis me acusaron de ser la esposa de un combatiente de las FDLR sólo porque soy hutu", declaró una mujer que había sido violada por un soldado ruandés en Remeka. "Después de violarme, quemaron mi casa porque decían que era la casa de un miembro de FDLR. Yo estaba embarazada, pero ya no siento movimientos en mi vientre y me temo que he perdido a mi primer hijo", añadió.

La misión de la ONU en la RDC (MONUC) tiene el mandato de proteger a la población civil y de apoyar logísticamente al Ejército congoleño, pese a lo cual no participó en la preparación de la operación conjunta, afirmó HRW. "Aunque las fuerzas de la coalición han asegurado que están dispuestas a compartir información con la MONUC sobre su campaña, la información compartida ha sido escasa y ha llegado demasiado tarde para que las fuerzas de la ONU pudieran prepararse para suministrar la protección requerida", lamentó la organización.

En noviembre de 2008, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el envío de 3.000 nuevos efectivos para la MONUC para ayudar a proteger a la población civil. Ninguno de estas tropas ha llegado todavía.

En su informe, HRW recordó que el Derecho Internacional Humanitario --las llamadas leyes de la guerra-- son aplicables tanto para los combatientes estatales como para los grupos armados no estatales. Estas normas obligan a todas las partes beligerantes a reducir al máximo los daños a la población civil y a permitir su huida de las zonas de combate. Asimismo, prohíben expresamente los homicidios, las violaciones y los secuestros. "Quienes cometen estos hechos son responsables de crímenes de guerra", advirtió.