MADRID 7 May. (EUROPA PRESS) -
Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció hoy que el pasado 15 de abril procedió a cerrar todas las operaciones médicas y de nutrición para personas desplazadas que viven en las afueras de Bossaso, en la región somalí de Putland, debido al secuestro de dos de sus trabajadoras humanitarias, una de ellas española, el pasado mes de diciembre.
La ONG recuerda en un comunicado que ya después del secuestro decidió suspender la presencia de todo su personal internacional en esta ciudad y continuar con las actividades médicas y nutricionales a través de su personal nacional, del que alabó su "gran dedicación y el compromiso total" que han sido "esenciales para la continuación de la asistencia nutricional a los niños malnutridos en los campos de desplazados".
Sin embargo, precisó el director de operaciones de MSF, Roger Teck, "dada la falta de condiciones de seguridad aceptables, nos hemos visto obligados a cerrar el proyecto".
Por otra parte, la ONG aprovechó para "resaltar el deterioro de la situación de salud de las personas desplazadas internamente que viven a las afueras de Bossaso en condiciones muy precarias". Según MSF, "las mujeres y los niños son los más afectados por la larga crisis humanitaria que está causando sufrimiento desnutrición y un mayor riesgo de enfermedades y muerte".
De acuerdo con una encuesta nutricional realizada por MSF en diciembre pasado, el 27,2% mostraba desnutrición aguda mientras que el 9,4% presentaba desnutrición severa, datos estos que están por encima de los niveles del umbral de emergencia. Durante los siete meses que funcionó el proyecto que se ha cerrado, MSF ingresó 1.957 niños severamente desnutridos en el programa nutricional de los cuales 516 tuvieron que ser hospitalizados para cuidados terapéuticos.
MSF, que lleva trabajando de forma continuada en Somalia más de 17 años, ofrece actualmente asistencia médica en 10 regiones del país. El año pasado, los equipos médicos hicieron más de 2.500 operaciones, 520.000 consultas ambulatorias e ingresaron a unos 23.000 pacientes en los hospitales.