Actualizado 28/04/2008 15:39

Obispos denuncian la "feminización de la pobreza" y abogan para que igualdad entre hombre y mujer sea "un derecho real"

MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Episcopado denuncia la "feminización de la pobreza" e invita a los fieles a trabajar "decididamente" para que la igualdad entre hombres y mujeres "pase de ser un derecho formal a ser un derecho real que configure relaciones personales y sociales de igualdad en los distintos ámbitos de la vida".

Los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han escrito una carta con motivo de la festividad del Corpus Christi, día de la Caridad, que se celebra el próximo 25 de mayo.

En la misiva, titulada 'La Eucaristía, esperanza para el pobre', los prelados se unen a la campaña de Cáritas, que este año dedica a los derechos de la mujer. "La campaña --sostienen-- nos invita a poner de manifiesto la igualdad entre hombres y mujeres y la importancia de que se reconozcan oportunidades equitativas para ambos sexos como expresión de la común dignidad humana que compartimos y como base de una sociedad más justa y más fraterna".

Tras describir la Eucaristía como "sacramento de amor y esperanza", denuncian "la feminización de la pobreza", que se caracteriza por el "creciente" empobrecimiento de las mujeres, el empeoramiento de sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos fundamentales. Destacan, entre otros problemas, la violencia doméstica, la discriminación salarial, el desempleo femenino, los problemas de conciliación o la escasa presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad política, social o económica.

Se refieren , en particular, a la trata de blancas como "una de las formas más crueles de violencia y de esclavitud; sin olvidar las cifras de abortos, "100.000 al año en España, y la inmigración, "que llega huyendo del hambre y sin que se reconozcan sus derechos".

A pesar de esta situación, los obispos reconocen "luces y signos de esperanza". Resaltan el compromiso de las comunidades parroquiales, el servicio de Cáritas y otros grupos eclesiales, la implicación de cristianos en movimientos sociales, el compromiso de personas e instituciones en la promoción de políticas sociales y el protagonismo que asumen las mujeres en países empobrecidos.

Para concluir, pide a los fieles que "secunden" la campaña de Cáritas "trabajando decididamente para que la igualdad de derechos entre hombres y mujeres pase de ser un derecho formal a ser un derecho real que configure las relaciones personales y sociales de igualdad en los distintos ámbitos de la vida".