GINEBRA 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha aumentado su respuesta en Zimbabue para impedir que más personas se infecten de cólera, ya que desde comienzos de esta semana el CICR ha unido sus fuerzas con los trabajadores sanitarios del Hospital de Enfermedades Infecciosas Beatrice y la Policlínica Budiriro para desinfectar las casas de los pacientes de cólera en la capital del país, Harare.
"Estamos rociando las casas para romper el ciclo de transmisión de la bacteria del cólera, queremos asegurar que la enfermedad no amenaza a aquellos que no están infectados", declaró un responsable del Hospital Beatrice, Benjamin Jombe. El cólera se ha cobrado ya más de 1.000 vidas y se estima que hay más de 18.500 personas infectadas.
Además de desinfectar las casas, el personal del CICR y los trabajadores sanitarios de la ciudad aconsejan a las familias de los pacientes y a los residentes de los vecindarios sobre cómo evitar el contagio de la enfermedad. También identifican a aquellas personas que han contraído el cólera y les trasladan a los centros de tratamiento. Durante los próximos días, distribuirán tabletas para purificar el agua, cubos y jabón para promover la sanidad en las comunidades afectadas.
El pasado miércoles el CICR donó bombas de agua, equipamiento para realizar pruebas a los líquidos y reparó partes de la principal planta de tratamiento de aguas que suministra a Harare y a las zonas circundantes. "El equipamiento donado realizará un largo camino para mejorar la eficiencia de la planta", declaró el presidente ejecutivo de la Autoridad Nacional para el Agua del país, Albert Muyambo.
El CICR también está coordinando su respuesta a la epidemia de cólera con sus socios dentro de la Cruz Roja Internacional y el Movimiento de la Media Luna Roja, así como con otras organizaciones humanitarias. Desde el pasado septiembre, el CICR está facilitando ayuda en los suburbios más poblados de Harare y en al menos 18 instalaciones sanitarias situadas en las zonas rurales. Además, ha traído cerca de trece toneladas de suministros médicos desde Kenia y dos expertos en cólera desde Ginebra.