Actualizado 21/02/2008 10:20

El 90 por ciento de los más de 3.500 niños andaluces con síndrome de Asperger sufre 'bullying' en los colegios

La Federación Andaluza de Síndrome de Asperger eleva una queja a Chamizo por "la dejación de deberes de la Consejería de Educación"


SEVILLA, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

El 90 por ciento de los más de 3.500 niños con síndrome de Asperger, --trastorno generalizado del desarrollo--, sufre en los centros educativos andaluces maltrato o acoso escolar, también conocido como 'bullying', según aseguró el presidente de la Federación Andaluza de Síndrome de Asperger, Rafael Jorreto Lloves.

En declaraciones a Europa Press, el presidente de esta federación, que aglutina a las asociaciones sin ánimo de lucro representativas del colectivo en Andalucía, apuntó que los niños afectados por este trastorno "sufren un acoso sistemático y reincidente, generalmente producido durante el recreo, y que, en la mayoría de los casos, es negado por los centros educativos, quienes cierran filas en este asunto hasta que hay una denuncia de por medio".

"Le confiamos nuestros hijos a la Administración cuando van al colegio, por lo que los niños que sufren esta patología del comportamiento deberían estar vigilados durante el recreo, asegurándose los docentes de que los demás niños no se metan con ellos y que no se les marginen", sostuvo Jorreto, quien también es padre de un niña con síndrome de Asperger.

En este sentido, aseguró que si el problema del bullying es grave, "los daños ocasionados a la estructura psíquica de un niño con déficit social primario de origen neurobiológico, como es el síndrome de Asperger, son realmente devastadores, y sus efectos, difícilmente reversibles".

Ene este sentido, explicó que estos niños sufren desórdenes autísticos y que no tienen la capacidad de aprender intuitivamente ni de interpretar las intenciones de las personas pero tienen un coeficiente intelectual normal. "No entienden ni las miradas ni los guiños, suelen estar siempre solos y tienen dificultades sociales para relacionarse con otros niños de su edad", explicó.

El mayor problema, según añadió Jorreto es que se trata de una "discapacidad invisible" y a simple vista no se percibe nada. "A nadie le ocurre insultar a un niño con síndrome de Down", sin embargo, cuando el trastorno no se ve les resulta mas fácil hacerlo.

LA CONSEJERÍA NO HACE NADA AL RESPECTO

Asimismo, también quiso llamar la atención sobre el hecho de que "no se hagan adaptaciones curriculares y de que se informe, tarde y mal, a los padres de en qué consiste este proceso, para que éstos desistan de solicitarla, dado el colapso que sufren los equipos de orientación educativa, que además sufren escasez de personal".

Jorreto dijo si que Consejería de Educación destinase tan sólo un 0,5 del presupuesto que invierte en bilingüismo, nuevas tecnologías o viajes del profesorado en personal cualificado y en recursos para estos menores "el problema se solucionaría". No obstante, dijo que el departamento del ramo "no está por la labor y que hasta ahora, no ha hecho nada por abordar la problemática".

EL LADO MAS HUMANO

Antonio tiene 16 años y tiene el síndrome de Asperger. Su madre, Asunción Castillo, contó a Europa Press Televisión , cómo supo que su hijo era diferente desde que lo miró a los ojos cuando solo era un bebe y su mirada "no le transmitía nada".

En este sentido, la madre explicó como Antonio "ha sufrido durante toda su vida muchísimo el rechazo de los niños de su edad"."Lo pasó fatal en el colegio y aún esta traumatizado", lamentó la madre. Así, contó que el primer día de secundaria los compañeros del joven "le propinaron una paliza en el recreo por reconocer que adoraba la lectura". Por eso, Antonio escribió una carta a sus compañeros en la que les contó su problema."Desde entonces la situación ha mejorado",añadió.

"Lo único que pido es que la administración o la consejería ponga los medios legales que no se aplican en vigencia y presten la atención de vida a niños como mi hijo que sufren este síndrome", suplicó.

Esta madre aconseja a otros padres que tengan niños con el mismo problema, que informen a la gente que tienen a su alrededor del problema que tienen sus hijos ya que considera que es "la mejor manera de concienciar a la sociedad y darles una oportunidad de integración y normalización", concluyó.