Actualizado 02/06/2009 17:03

El acusado de matar a su mujer en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) admite los hechos

CIUDAD REAL, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un ciudadano rumano, Zoltan Cordovan, para el que el fiscal pide 26 años de cárcel, reconoció hoy que mató a su mujer en la furgoneta en la que convivían en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) tras mantener ambos relaciones sexuales e iniciarse después una discusión sobre la infidelidad de ella y sus comentarios sobre lo pequeño del miembro viril del hombre.

El juicio contra este hombre, que está acusado de los delitos de asesinato, malos tratos e incumplimiento de sus deberes familiares, se inició hoy en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

En su declaración, el acusado, que dijo no tenía intención de matarla, se mostró convencido de que su mujer le era infiel con varios hombres y, asimismo, declaró que estaba seguro de que de los diez hijos que convivían con ellos, dos, los más pequeños, no eran suyos.

Según dijo, sobre las 23.00 horas del día 29 de mayo de 2007, en la furgoneta que compartía con ella, aparcada en el Punto Limpio de Bolaños de Calatrava, se encontraban manteniendo relaciones sexuales.

A continuación, la mujer dijo que quería irse con uno de sus supuestos amantes, según el acusado, lo que provocó una discusión sobre la infidelidad de ella, que empezó a hacer comentarios sobre lo pequeño del miembro viril del hombre.

Como consecuencia de la posterior agresión con un tubo de hierro y un gato hidráulico para subir el coche, la mujer entró en un estado de agonía, aunque el hombre, según señaló hoy en la vista oral, intentó despertarla con agua y hablándole.

Horas después, sobre las 06.00 horas del día 30 de mayo, el hombre intentó trasladar a la mujer al Hospital de Ciudad Real capital, aunque cuando pasó por la puerta de la Base de Helicópteros de Almagro (Ciudad Real), BHELA-1, paró y los soldados de guardia avisaron a la Guardia Civil, cuyos números comprobaron que la mujer estaba muerta.

ARREGLAR LA SITUACIÓN

Meses antes de la agresión, el acusado y su mujer, se fueron solos a Rumania, dejando a los hijos en Bolaños, supuestamente al cuidado de un hermano de él, para consultar a un pastor de esta religión sobre la situación de la pareja y las posibilidades de arreglar la situación.

A la vuelta de este viaje, avisados por el hermano de él, los servicios sociales del Gobierno de Castilla La Mancha ya se había hecho cargo de los diez pequeños.

Durante la primera sesión del juicio, protegida por un biombo, declaró una de la hijas del matrimonio, quien indicó que su padre discutía frecuentemente con su madre y que a veces la pegada a ella y a sus hermanos, aunque nunca con mucha fuerza.

Los dos guardias civiles que revisaron la furgoneta en la puerta de la base del BHELA-1 ratificaron que el vehículo estaba salpicado de sangre y de restos y que encontraron un gato hidráulico también manchado de sangre.

Posteriormente, estos mismos agentes, se trasladaron al lugar donde aparcaban la furgoneta, en el Punto Limpio de Bolaños, y encontraron en una parcela aneja un tubo de hierro manchado de sangre y un consolador.