Arrecian las críticas contra la política migratoria de Sarkozy tras el incendio en un centro de retención

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 23 junio 2008 13:59

PARÍS 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las asociaciones francesas defensoras de los extranjeros achacan a la política del presidente Nicolas Sarkozy y a las condiciones de estancia en los Centros de Retención Administrativa (CRA) de inmigrantes la muerte de un tunecino en situación irregular retenido en el centro de Vincennes, en la periferia parisina, detonante del incendio provocado ayer en las instalaciones donde se encontraban 273 'sin papeles' a la espera de ser expulsados.

Así, el Movimiento contra el Racismo y la Amistad entre los pueblos (MRAP) ha hecho un llamamiento a manifestarse mañana frente al centro de retención y denuncia que esta muerte "hay que apuntarla en la siniestra cuenta de esta obsesiva política, cruel, brutal e inhumana que criminaliza la inmigración". Para Pierre Henry, de la asociación 'Francia Tierra de Asilo' cuando en un país democrático pasan este tipo de cosas, el Parlamento debe ocuparse del asunto y el Gobierno "explicarse".

El Partido Socialista, mientras, reprocha al Ejecutivo actuar únicamente "al final de la cadena de la inmigración", centrarse en los que están ya instalados en Francia y no abordar "la raíz del problema" generando "derivas inhumanas", por lo que le pide abandonar el "espejismo" de la inmigración elegida, según destaca el principal partido de la oposición en un comunicado.

Los hechos se produjeron ayer a las 15.45 horas, cuando se desataron simultáneamente dos focos en los dos edificios centrales del que es uno de los mayores centros de retención de inmigrantes irregulares de Francia, ocasionando graves daños en el inmueble pero sin causar víctimas graves.

El siniestro se originó tras prender fuego a los cochones y fue necesaria la intervención de 50 equipos y 150 bomberos para controlarlo. A pesar de que no ha habido heridos graves, unas 20 personas sufren molestias provocadas por el humo y 10 de las 18 que fueron trasladadas ayer al hospital parisino Hotel-Dieu, permanecen ingresadas, aunque podrían ser dadas de alta a lo largo de la mañana, según la delegación del Gobierno.

Por otra parte, aprovechando el incendio han logrado escaparse un total de 14 ocupantes mientras el resto de los 280 irregulares han sido trasladados a otros centros del país, entre ellos el de Lille o Nimes, después de haber sido reagrupados anoche en el gimnasio de la escuela de policía próxima al edificio siniestrado.

Detrás de este hecho está la tensa jornada vivida un día antes por la muerte de un tunecino de 41 años en situación irregular que falleció a causa de una crisis cardiaca. Aunque la autopsia y los primeros elementos médicos descartan, según la prefectura de policía de París, la presencia de "rastros anormales", los diputados del Grupo de los Verdes reclaman la creación de una comisión de investigación parlamentaria para determinar las "condiciones reales de su muerte".

SORDERA DEL GOBIERNO

Paralelamente, la Cimade, asociación defensora de inmigrantes y solicitantes de asilo autorizada a entrar en los Centros de Retención Administrativa, asegura en un comunicado que lleva meses alertando a las máximas instancias del "considerable riesgo de explosión" que puede producirse en cualquier momento en un centro de 280 personas "no conforme a la reglamentación". La Cimade lamenta también "la sordera" de la prefectura de policía de París y del Ministerio de Inmigración, a quienes hacen "claramente" responsables de esta situación.

En la misma línea se pronunció la secretaria nacional de los Verdes, Cécile Duflot, para quien el incendio era "dramáticamente previsible" porque no es más que el resultado de una situación "explosiva e indigna, conocida y provocada por el Gobierno". "Todos los que han entrado en el centro han dado cuenta de las condiciones de extrema tensión en la que viven los detenidos", dijo.

Las organizaciones denuncian la sobrepoblación de los centros de retención y un aumento creciente de la tensión vinculada a la política puesta en marcha por el Ministerio de Inmigración, que tiene el objetivo cifrado de expulsar a 26.000 'sin papeles' en 2008. La semana pasada el titular de Inmigración, Brice Hortefeux, se felicitó del hecho de haber incrementado en un 80% el número de expulsiones de inmigrantes ilegales en lo que va de año.

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