Actualizado 09/06/2008 09:47

El Gobierno chino dice que conversará de nuevo con el Dalai Lama si abandona su actitud secesionista y violenta

MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Asuntos Exteriores chino, Yang Jiechi, afirmó este domingo que sólo será posible una nueva ronda de conversaciones entre el Gobierno y el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano, si éste abandona su actitud "secesionista" y su actitud "violenta" y de boicot a los Juegos Olímpicos, evento que acogerá Beijing este verano.

"A petición del Dalai Lama, hemos realizado una ronda de consultas y contactos con sus emisarios", recordó Yang, que aseguró que esto no volverá a repetirse mientras el monje budista no cambie su actitud con el fin de crear el ambiente adecuado para las conversaciones.

El jefe de la diplomacia china explicó que la disputa entre Beijing y el Dalai Lama "no es un problema étnico, religioso o de Derechos Humanos", sino que atañe directamente a "la defensa de la unidad de China o a la secesión de China".

No obstante, Yang restó importancia a las críticas de la comunidad internacional a causa de la represión que ejercieron las fuerzas de seguridad chinas contra los tibetanos que se manifestaron a favor de la democracia el pasado mes de marzo.

Así, se mostró convencido de que la comunidad internacional va a tener, con el tiempo, "un mayor conocimiento" de esta situación que le va a permitir "sacar sus propias conclusiones".

El Dalai Lama ha solicitado a China en repetidas ocasiones que respete los Derechos Humanos del pueblo tibetano, y aspira a crear un gobierno democrático y autónomo en la Región Autónoma de Tíbet en asociación con la República Popular de China, algo a lo que Beijing se niega.

Las protestas y las críticas contra el Gobierno chino se multiplicaron en todo el mundo a raíz de los violentos incidentes ocurridos en marzo en Tíbet y fueron muchos los que propusieron boicotear la celebración de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, el Dalai Lama, a quien Beijing acusa de organizar las protestas, expresó su deseo de que no se produjesen disturbios durante el recorrido de la antorcha olímpica e incluso se planteó asistir a los Juegos.