KAMPALA, 6 Nov. (Reuters/EP) -
Miembros del Gobierno ugandés y rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), intentaron ayer sacar adelante el proceso de paz que continúa estancado, tras dos décadas de conflicto en el país.
El pasado 10 de abril, el líder del LRA, Joseph Kony, no se presentó, tal y como estaba previsto, a la firma del acuerdo de paz definitivo para poner fin al conflicto que ha golpeado el norte de Uganda durante los últimos 20 años. Desde entonces, Kony ha evitado firmar el pacto, mientras sus rebeldes, conocidos por practicar mutilaciones y secuestrar a muchos niños en el noreste de Uganda, han sido acusados de asesinato, secuestro y violación en la región.
"Lo que quiere el Gobierno de Uganda es una cosa, que Kony firme el acuerdo y deje de acosar a civiles inocentes en la República Demócrata del Congo (RDC), en el sur de Sudán y en la República Centroafricana", dijo a los periodistas el ministro del Interior ruandés, Ruhakana Rugunda. "El hecho de que no cumplan las negociaciones implica que abren las puertas a otras opciones", agregó Rugunda.
El líder negociador del LRA, David Nyekorach Matsanga, se mostró esperanzado en que Kony firme antes de que finalice el año el acuerdo de paz. "El LRA confía en una solución pronta antes de que acabe el año", declaró Nyekorach-Matsanga.
En las últimas dos décadas, el LRA --que lucha por la fundación de un Estado basado en los Diez Mandamientos de la Biblia-- ha sembrado el terror en el norte de Uganda. Además, como consecuencia del conflicto, más de dos millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus casas, al tiempo que miles de ugandeses fueron asesinados.