Actualizado 10/03/2009 19:01

La ONU avisa de que su dependencia de otras ONG ha provocado la paralización de la mitad de la ayuda en Sudán

GINEBRA, 10 Mar. (Reuters/EP) -

Naciones Unidas depende de tal forma de los grupos externos para distribuir la ayuda en la región sudanesa de Darfur que la expulsión del país de 16 ONG ha paralizado la mitad de sus programas, según aseguraron hoy sus responsables.

Mientras el Programa Mundial de Alimentos (PAM), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) no están entre las expulsadas después de que el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitiera la semana pasada una orden de arresto contra el presidente sudanés, Omar Hassan al Bashir, por crímenes de guerra y contra la Humanidad, las agencias de la ONU perdieron a muchos de sus colaboradores cuando estas ONG fueron expulsadas.

Los grupos --cuyos ordenadores, coches y equipamiento fueron confiscados por las autoridades sudanesas-- empleaban a 6.500 trabajadores humanitarios en Darfur, donde al menos 4,7 millones de personas dependen de ayuda para poder alimentarse, refugiarse y buscar protección del enfrentamiento.

"Prácticamente el 50 por ciento de la distribución de ayuda está afectada", aseguró la portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Elisabeth Byrs. "Las expulsiones tendrán efectos inmediatos para algunas distribuciones, y en las próximas semanas en otras", añadió.

Al Bashir alegó que las ONG fueron cerradas porque "amenazaban a la seguridad de Sudán" y ayudaron al TPI a emitir su orden de arresto. Por su parte, los grupos humanitarios, incluidos una rama de Médicos Sin Fronteras (MSF) y Oxfam Internacional, niegan las acusaciones y ya han alertado de que los habitantes de Darfur se enfrentan a la devastación si no se reanudan los programas.

Las agencias de la ONU señalan que no pueden rellenar el hueco que han dejado estas ONG, que distribuían ayuda alimentaria, evaluaban los brotes de enfermedades y daban agua potable y cuidado médico en todo Darfur, una región aproximadamente del tamaño de Francia.

Cuatro de las ONG expulsadas habían distribuido un tercio de la ayuda del PAM en Darfur, alcanzando a 1,1 millones de personas en 130 lugares distintos. "El PAM y otras agencias no tienen la capacidad para llenar este hueco", declaró otra portavoz, Emilia Casella. "A no ser que las ONG puedan operar con normalidad, la gente estará hambrienta mientras crece el número de enfermos y malnutridos", añadió.

Los programas de vacunación y los esfuerzos para detectar los brotes de sarampión, cólera y malaria en Darfur también serán interrumpidos por estas expulsiones, de acuerdo con un miembro de la OMS, Fadela Chaib. "Su ausencia se sentirá fuertemente en muchos programas", aseguró.

SUDÁN ASEGURA QUE HARÁ SU TRABAJO

Aunque el embajador de Sudán ante la ONU aseguró la semana pasada que su Gobierno no tendrá ningún problema en rellenar cualquier hueco en la distribución de ayuda debido a las expulsiones, los responsables se han preguntado si este país tiene la capacidad para hacerlo.

Byrs dijo hoy que sin una vuelta rápida de estas organizaciones, al menos 1,5 millones de personas en Darfur no tendrán cuidado médico, 1,6 millones perderán su distribución de agua potable y cientos de miles quedarán en riesgo con un refugio inadecuado y otros problemas con la próxima estación de lluvias.

Se espera que mañana tres equipos conjuntos de la ONU y del Gobierno realicen una evaluación sobre las condiciones en Darfur para ver el impacto de la expulsión de las ONG, señaló Byrs. Cassella indicó que el PAM está planeando una distribución única de una cantidad de alimentos suficientes para dos meses en las zonas en las que trabajaban estas ONG, pero alertó de que será difícil asegurar que esta comida se entrega de forma equitativa y justa.