El presidente del CICR expresa su preocupación por la "degradación de la situación humanitaria" en Afganistán

GINEBRA 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, expresó hoy su preocupación por la "degradación de la situación humanitaria" en Afganistán al inicio de una visita de siete días a este país para evaluar de primera mano la situación sobre el terreno.

"Nos preocupa muchísimo la degradación de la situación humanitaria en Afganistán. La inseguridad es cada vez mayor y se ha registrado una clara intensificación del conflicto armado, que ya no se limita al sur del país, sino que se ha extendido hacia el este y el oeste", señaló Kellenberger.

Según informa el CICR en un comunicado, Kellenberger se entrevistará con el presidente afgano, Hamid Karzai, el ministro de Exteriores, Rangain Dadfar Spanta, el ministro de Salud Pública, Sayed Mohamad Amin Fatemi, y el viceministro de Justicia, Mohamad Qasim Hashimzai.

Asimismo, tiene previsto un encuentro con el comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), general Dan McNeill, y el general de división Jeffrey J. Schloesser, jefe de la 101 División Aerotransportada del Ejército de Estados Unidos. También se reunirá con la presidenta de la Media Luna Roja Afgana, Fatima Gailani, para discutir sobre cómo mejorar el acceso a las comunidades vulnerables en todo el país.

A pesar de que el CICR ha intensificado sus actividades humanitarias en los últimos años, las peligrosas condiciones de seguridad le impiden a menudo llegar a algunos grupos de personas, como las personas desplazadas, que necesitan protección y asistencia, explica el organismo en su comunicado, precisando que mantiene un diálogo confidencial con todas las partes en el conflicto, incluida la oposición armada, esforzándose por tener acceso a esas comunidades, particularmente vulnerables.

"La cruda realidad es que extensas regiones de Afganistán se desarrollan poco. En cambio, el conflicto está obligando a un número cada vez mayor de personas a huir de sus hogares", subrayó Kellenberger. Por ello, advirtió, "han de satisfacerse urgentemente las crecientes necesidades humanitarias de estas personas, así como las de otras personas vulnerables".

"Los afganos merecen vivir en buenas condiciones de seguridad y tener acceso a atención médica decente, a agua potable y a suministros adecuados de víveres", agregó.

DETENIDOS

Durante su viaje, el presidente del CICR visitará el hospital de Mirwais, en Kandahar, hospital de referencia en el sur del país. Además de abordar la crisis humanitaria en general, Kellenberger pondrá de relieve temas relacionados con la detención, y visitará el centro de detención provisional de Bagram, al norte de Kabul, donde Estados Unidos detiene a más de 600 personas.

"La detención de las personas capturadas o detenidas en relación con la lucha contra el terrorismo debe efectuarse dentro de un marco jurídico apropiado", aseveró. "Consideramos necesario el establecimiento de garantías de procedimiento más sólidas en Bagram donde, hasta la fecha, la mayoría de los detenidos viven en la incertidumbre por lo que respecta a la suerte que les espera", remachó.

El CICR está presente en Afganistán desde 1987. Sus delegados visitan periódicamente a los detenidos en poder de fuerzas afganas e internacionales, con el fin de evaluar las condiciones de detención y el trato que reciben y para ayudarlos a mantenerse en contacto con sus familiares.

Asimismo, suministra prótesis y servicios de fisioterapia a decenas de miles de personas discapacitadas, especialmente a víctimas de minas terrestres, en seis centros ortopédicos del país. También respalda los hospitales en Kandahar, Jalalabad y Jawzjan y suministra agua potable y servicios sanitarios en instalaciones médicas y en varios lugares de detención.

Afganistán es la cuarta mayor operación del CICR a escala mundial, con más de 1.200 colaboradores y un presupuesto previsto para 2008 de unos 60 millones de dólares.