Publicado 13/04/2016 19:01

Los terrenos en Villar de Cañas (Cuenca), aptos para el ATC, aunque hay dudas geológicas

ATC, OBRAS EN LOS TERRENOS
EUROPA PRESS/ENRESA

   MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El terreno de Villar de Cañas (Cuenca) donde se prevé la instalación del almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad y combustible gastado "es idóneo para construir una instalación" como esta, aunque existen algunas dudas porque faltan datos de geología y geomorfología.

   Esta falta de datos en los estudios que dan lugar a "incertidumbres en aspectos relevantes que sirven de base a otras áreas de conocimiento, como geoquímica, sismicidad, hidrogeología y geotecnia". Así consta en dos informes, uno de la Universidad de Cantabria y otro de la empresa estadounidense URS, que han sido tenidos en cuenta por el Consejo de Seguridad Nuclear en la evaluación del emplazamiento de Villar de Cañas (Cuenca) para albergar el ATC.

   En estos informes, que el CSN ha remitido al Consejo de Transparencia y del Buen Gobierno y a la ONG Transparencia Internacional, se concluye con carácter general que los terrenos son aptos para albergar el futuro silo de residuos atómicos español, pese a que se plantean algunas dudas existentes en materia de la composición profunda de los terrenos o la posible existencia de fallas tectónicas desconocidas.

   Así, el informe emitido por el grupo de Geotecnia del departamento de Ciencia e Ingeniería del Terreno y de los Materiales de la Universidad de Cantabria el 18 de junio de 2015, que evalúa las soluciones de cimentación del ATC, estima que el terreno elegido en Villar de Cañas "es idóneo para construir una instalación como la del ATC" puesto que la capacidad portante del terreno es elevada y su deformabilidad ante la aplicación de cargas es reducida.

   Además, señala que el nivel freático de la parcela está suficientemente definido, "pero a falta de más datos, debe suponerse que su profundidad en la loma situada al norte es similar a la de la zona de la instalación".

   Asimismo, concluye que los ensayos realizados sobre el potencial expansivo del terreno son correctos y adecuados y que los ensayos de inundación bajo carga son "especialmente representativos del proceso". Los expertos de la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos valoran como una aspecto "muy positivo" la no presencia de anhidrita.

   En cambio, reconoce que los terrenos plantean "problemas derivados de la expansividad o de la disolución de yesos", aunque propone como la solución "más eficaz" la elección de soluciones estructurales, geotécnicas y constructivas para reducir el riesgo de modificación de los regímenes existentes de tensiones y de flujo de agua. "Las soluciones de cimentación superficial mediante losas rígidas son muy adecuadas", aconseja.

SIN PROBLEMAS EN LOS YESOS

   En ese sentido, también insta a no hacer sondeos excesivamente profundos si no son indispensables, cementar los sondeos en cuanto sea posible, no recurrir a voladuras para la excavación y cuidar el control de flujos de agua. En todo caso, los ingenieros no han detectado huecos de disolución de yesos y valoran ese hecho como "factor positivo", por lo que ve la solución de diseño envolvente como una precaución adicional.

   Por su parte, el informe de URS, que evalúa y revisa la seguridad de los estudios de caracterización del emplazamiento del ATC, critica la falta de algunos datos y comprobaciones más exhaustivos en materias como geología o hidroquímica.

   En el ámbito geológico, el documento de 150 páginas, advierte de que la información aportada por ENRESA plantea "incertidumbres" en aspectos relevantes que sirven de base a otras áreas de conocimiento, como geoquímica, sismicidad, hidrogeología y geotecnia relativas a la identificación de zonas endorreicas en el emplazamiento y su entorno y en el ámbito de identificación y análisis de lineamientos del tramo del río Záncara, cercano al ATC.

   También advierte de que ENRESA no ha integrado datos petrológicos y mineralógicos, algo que es "la clave" para conseguir una mayor precisión en la localización de depósitos con posibles y previsibles problemas constructivos. Para los consultores, es "fundamental entender la ordenación espacial de las distintas fase minerales que pueden operar tanto en superficie como en profundidad.

   Igualmente, considera que la información que presenta la empresa estatal de residuos no ha resuelto de forma suficiente algunos aspectos de relevancia en materia de tomografía, es decir si hay fracturas en el subsuelo y apunta que esto puede influir en tres aspectos "importantes" en el análisis de idoneidad del lugar escogido.

   También apunta al desconocimiento "importante" sobre estructura y geometría del techo del basamento por debajo del emplazamiento y en un entorno próximo. Se trata, según el informe, un aspecto "fundamental" para definir la presencia de fallas capaces a la hora de estimar la peligrosidad sísmica en el emplazamiento.

   En todo caso, el documento de URS valora que hay ausencia de tectónica reciente tanto en el emplazamiento como en el entorno, pero subraya que no se puede afirmar que no hay fallas activas en el entorno inmediato.

   Este informe de evaluación estima que solo son esperables riesgos derivados de algunos desprendimientos de bloques, posibles y pequeños deslizamientos y coincide con ENRESA en que "solamente hay riesgos de inundaciones inherentes a procesos de inundación-sedimentación en la llanura del Záncara y en algunas vaguadas afluentes a la misma, pero no en la zona donde se prevé la instalación nuclear.

   En materia de sismología, discrepa de que ENRESA en que no hay fallas activas ni actividad asociada a fallas profundas en el entorno del emplazamiento porque hay deformaciones a unos 10 o 12 kilómetros del emplazamiento que han sido interpretadas "de forma discutible" como no formadas por actividad tectónica. Precisamente, advierte de que estas fallas "sin expresión superficial" son la principal fuente de peligrosidad sísmica.

   La consultora estadounidense coincide con el informe de ENRESA en que las fuentes sísmicas más importantes para la peligrosidad del emplazamiento y las características de la sismicidad asociada, tamaños y cantidad de los terremotos que se pueden producir, fueron tenidas en cuenta para definir el espectro de respuesta al terremoto base de diseño y que es "suficientemente conservador como para garantizar la estabilidad del emplazamiento respecto a movimientos vibratorios", incluido un seísmo de magnitud 6 a 11,4 kilómetros de Villar de Cañas.

   En cuanto a la inundabilidad, este informe de evaluación no plantea problemas relevantes y coincide en que los cálculos de Enresa son adecuados y "suficientes para asegurar la idoneidad del emplazamiento frente al riesgo de inundación". "La conclusión es que el emplazamiento puede considerarse adecuado desde el punto de vista de la inundabilidad", destaca y cree que los terrenos seleccionados podrían se "claramente considerados a salvo de inundaciones".

   Respecto al estudio hidrogeológico presentado por Enresa en 2012 estima que "carece del nivel de detalle necesario para dar respuesta a un esquema conceptual de funcionamiento hidrogeológico lo suficientemente sólido que permita elaborar un modelo matemático que simule adecuadamente flujo subterráneo en el medio y pueda emplearse como herramienta predictiva".

   Por último, en materia de hidroquímica, la evaluación de URS advierte de que aunque las aguas saturadas en yeso no tienen en principio capacidad de disolución de este mineral, es probable que en el subsuelo se produzcan, de acuerdo con las simulaciones presentadas, la disolución de otros minerales y la precipitación inducida de otros, lo que supone variaciones de masa y volumen en el sistema con "potenciales efectos sobre las características geotécnicas".

   Los extensos informes difundidos han formado parte del proceso de decisión en la evaluación del CSN sobre el emplazamiento elegido por el Gobierno el 30 de diciembre de 2011 para albergar el ATC en España.