MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
En el año 2007 se produjo un frenazo en la ayuda humanitaria española e internacional, un hecho que en el caso español es preocupante ya que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) creció en 2007, pero el componente humanitario de esta ayuda se ha ralentizado y se ha mantenido igual o menor que en 2006, según señaló hoy el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Francisco Rey, que añadió que es un dato importante la congelación de las cifras de acción humanitaria por parte del conjunto de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD).
En la presentación del informe 'La acción humanitaria en 2007: ¿Frenazo a la vista?', Rey señaló que este documento intenta contribuir a la transparencia y a la rendición de cuentas con respecto al sector humanitario.
"Los efectos de la crisis ya se notaron en 2007, aunque ese año no estuviera generalizada la crisis económica, algo que nos preocupa porque pueda aumentar cuando analicemos las cifras de 2008 y se pueda agravar durante el año que viene", manifestó Rey.
El informe desgrana que, en materia de desastres naturales, el año 2007 fue bastante parecido a 2006 y se mantienen tendencias claras "que, aunque algunos no lo quieran ver, para la comunidad humanitaria son bastante evidentes, como el aumento del impacto de los desastres naturales y todo lo relacionado con el cambio climático", añadió.
"Se oyen voces estos días no autorizadas desde la perspectiva científica que niegan estos datos, pero para la comunidad humanitaria no hay duda que el impacto de crisis como los monzones en India o los huracanes en el Caribe tuvieron gran impacto en 2007, y cualquier intento de negar esto es bastante estúpido", opinó.
Con respecto a las crisis humanitarias derivadas de conflictos, continúan los mismos conflictos, muchas crisis son olvidadas y, según el informe, lo más importante es que hubo una congelación de las cifras de acción humanitaria por parte del conjunto de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
ESPAÑA
"En el caso español, en un momento de crecimiento del resto de instrumentos de la ayuda al desarrollo se produce un parón del componente humanitario, y esto nos indica que se han producido grandes avances, pero este frenazo nos preocupa porque no parece que los avances de los años anteriores se hayan consolidado como verdaderas realidades", informó Rey.
Uno de los logros es el crecimiento en las cifras aportadas por las Comunidades Autónomas y ayuntamientos, así como la clarificación del componente militar. "En años anteriores, la participación de las Fuerzas Armadas en misiones de carácter pretendidamente humanitario ha sido objeto de polémica, en 2007 se clarificó y se han imputado once millones de euros al componente humanitario desarrollado por las Fuerzas Armadas, que se compone básicamente de la actuación de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL)", señaló Rey.
"No se han imputado los fondos destinados a la operación en Afganistán, una actuación que nos parece correcta y que contribuye a esta clarificación de distinguir el componente militar y el componente humanitario", añadió Rey.
El conjunto de la ayuda humanitaria española tiene cierto déficit en lo que el IECAH denomina "cultura de evaluación o apostar por la calidad", ya que, señalaron, "pedimos que se cumplan los compromisos que la Administración ha afirmado en los últimos años".
Por su parte, otro de los codirectores de IECAH, Jesús Núñez, declaró que el contexto internacional aún es preocupante, ya que ha aumentado el número de refugiados y desplazados y hay más focos de tensión y de conflicto, unos datos, según él, que son cuantificaciones del contexto bajo el paraguas dominante de la guerra contra el terror.
"Atender a las situaciones de vulnerabilidad e inseguridad no es una cuestión de capacidades sino de voluntad política. No nos faltan instrumentos, sino voluntad de la comunidad internacional para priorizar esfuerzos", señaló Núñez.
El informe resalta que el gasto militar mundial en 2007 se estima en unos 1,3 billones de dólares, más del 2,5 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial, mientras que los fondos de AOD se cifraron en 103.700 millones de dólares, un descenso de un 8, 4 por ciento.
"TRAVESTISMO HUMANITARIO"
"También se produce un travestismo humanitario global que se viene reproduciendo por parte de diferentes actores. Es evidente cuando los actores no humanitarios tratan de disfrazarse y de justificar sus acciones como si fuesen una ONG más", denunció Núñez.
Núñez puso como ejemplo la labor de la OTAN ya que "de una manera incorrecta, la OTAN (...), se llena de tareas para justificar su existencia y, si hay que disfrazarse como humanitario lo hace, si hay que aparecer como estabilizador o si hay que imponer la paz o luchar contra el narcotráfico también".
"En el caso concreto de Afganistán, la misión tiene cobertura de la ONU (...) y esa misión que es de reconstrucción y estabilización, hoy día está sumida en una guerra insurgente contra factores de todo tipo (...), y la propia actuación de este organismo acaba afectando a la propia acción humanitaria, ya que ni garantiza seguridad para los trabajadores humanitarios ni permite distinguir entre éstos y los militares ya que, en ocasiones, las fuerzas militares tratan, para ganarse a la población, de hacer tareas que serían humanitarias y que perturban la forma en que la población percibe a unos y otros, y esto acaba creando mayor riesgo para los humanitarios", declaró Núñez.
También se lamentó de la constante dejación de responsabilidad por parte de muchos actores políticos, que transfieren la carga a los actores humanitarios que "por definición, no tienen capacidad para resolver los problemas del mundo", y añadió que se produce cierta frustración "cuando vemos que el empeño de los actores humanitarios no llega a cambiar las situaciones estructurales de seguridad e inestabilidad y nos olvidamos de que la principal responsabilidad es de los Estados y organismos internacionales".
DOBLE VÍA
El informe concluye que la cooperación española tendrá que enfrentar los retos actuales por una doble vía, mediante programas concretos que tengan un impacto real en la lucha contra el hambre y con el fortalecimiento en la cantidad y la calidad de la AOD para la agricultura y el desarrollo rural.
También subraya que debe lograr una inserción más adecuada de lo humanitario en el conjunto de la cooperación, profundizar el compromiso internacional de nuestra ayuda y consolidar el incremento cuantitativo mejorando la asignación.
En lo que respecta a la crisis de los alimentos y su impacto sobre los menores, el informe señala que deben realizarse nuevas estrategias que impliquen que la desnutrición infantil severa se reconozca como una emergencia médica y que la alimentación terapéutica, como forma eficaz de tratamiento, se incorpore en las estrategias de ayuda alimentaria y nutricional de la cooperación española.