Publicado 08/04/2021 13:13

El CAAC inaugura ‘Escultura Expandida’, con obras de Bourgeois, Espaliú, Soledad Sevilla o Cristina Iglesias

Obra de Amalia Pica en el CAAC
Obra de Amalia Pica en el CAAC - Junta de Andalucía

SEVILLA, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) en Sevilla presenta la exposición 'Escultura Expandida', una muestra que indaga en el auge del medio escultórico en el arte de las últimos años a partir de los fondos que ha ido reuniendo este museo principalmente en la última década, sin olvidar algunas de las piezas más icónicas de su colección, como la gran celda de Louise Bourgeois o las piezas de Pepe Espaliú y Cristina Iglesias.

Además, tal como informa la Junta de Andalucía en un comunicado, se ha recuperado una obra de Aurlia Muñoz, una artista histórica que ha sido recientemente recuperada con exposiciones en España y en el MOMA, cuya obra formaba parte del antiguo Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla.

La exposición, que está comisariada por Juan Antonio Alvarez Reyes y Yolanda Torrubia, muestra también adquisiciones del pasado año, compras que fueron realizadas con un presupuesto extraordinario de cerca de 500.000 euros habilitado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico como ayudas al arte contemporáneo con motivo de la pandemia. De esta forma, se incorporaron a la colección del museo obras de numerosos artistas andaluces tanto emergentes como de media carrera. Cinco de ellos son de Málaga, tres de Córdoba, dos de Jaén y otros dos de Cádiz, además de uno de Granada, otro de Sevilla y uno más de Huelva.

En 'Escultura Expandida' se presentan obras de un 26 artistas, de los que 14 son mujeres. "Este es un hecho destacable dentro de un medio tradicionalmente asociado al género masculino", añade. Aunque casi todas las obras son adquisiciones, cabe resaltar que dos de las piezas más importantes exhibidas son donaciones de los artistas, concretamente la instalación de Soledad Sevilla y el conjunto del colectivo ruso Chto Delat. Además, la escultura del artista alemán Reinhard Mucha es un depósito a largo plazo de la coleccionista Oliva Arauna.

Como punto de partida a la hora de la realización de esta exposición, se ha tomado lo publicado en el año 1979 por la teórica norteamericana Rosalind Krauss, en el ensayo 'La escultura en el campo expandido', en el que afirmaba que "en los últimos diez años una serie de cosas bastante sorprendentes han recibido el nombre de esculturas". Al mismo tiempo escribía que, como categoría, la escultura había sido "amasada, extendida y retorcida en una demostración extraordinaria de elasticidad, una exhibición de la manera en que un término cultural puede extenderse hasta incluir casi cualquier cosa".

Las premisas de esta teórica del arte han servido para sentar las bases del diálogo de esta exposición del CAAC, que sigue esta estela de la escultura expandida, una expresión que ha alcanzado su consagración casi como un género, y que vive un auge en la última década, especialmente en una nueva generación de artistas de diversas procedencias.

A la hora de la selección de las obras de la muestra y su recorrido, se han tenido en cuenta varias cuestiones. Pero, sobre todo, se ha buscado establecer un recorrido en el que el espectador, casi sin darse cuenta, pasará de la abstracción a la figuración, de la geometría al cuerpo, produciéndose en el camino una serie de núcleos de intersección donde se establecen diálogos en torno a cuestiones como la idea de dispositivo, lo orgánico en relación a la forma y el material o la identidad y la cultura popular.

LA EXPOSICIÓN

La muestra abre con un "objeto-acontecimiento", tal como lo describen sus autores, Fuentesal&Arenillas (Huelva, 1986, y Cádiz, 1989), una escultura de gran escala de madera azul con dibujos de un imaginario propio que dialoga con el espacio. 'Waves (Ondas)' de Daniel Palacios (Córdoba, 1981) es una instalación fruto de una compleja investigación sobre el movimiento y el sonido. También la pieza de Julia Llerena se articula a través de cuerdas que reproducen dos sonetos de Antonio Gamoneda.

En la primera gran sala se presentan dos instalaciones escultóricas que tienen en común su relación con la idea de "dispositivo": la de Andreas Fogarasi (Viena, Austria, 1977) es un cubo negro para la visualización de vídeos y la de Reinhard Mucha (Düsseldorf, Alemania, 1950), algo parecido a una estantería invertida o vitrina cegada.

En el siguiente espacio se establece un diálogo entre obras que parten de lo orgánico, con la obra de Aurlia Muñoz (Barcelona, 1926- 2011), que destaca por su originalidad e investigación en materiales y técnicas.

De Adolfo Schlosser (Leitersdorf, Alemania, 1939- Madrid, 2004) se presenta una escultura sencilla, directa, frágil y contundente en un juego de tensiones que tiene una clara relación formal con la instalación de Soledad Sevilla (Valencia, 1944). Compuesta de prismas triangulares sujetos a más de 3.600 varas de mimbre que cuelgan como hojas de luz del muro, 'Con una vara de mimbre' se presenta por primera vez en el CAAC tras la donación por parte de la artista.

'Voces de mundos que se desvanecen', de Regina de Miguel (Málaga, 1977), es un dispositivo en el que la artista se refiere a un proyecto que Carl Sagan desarrolló en los años 70 con el que, a modo de cápsula del tiempo.

La siguiente sala presenta la obra la del colectivo Moreno & Grau (Málaga, 1985 y 1989) y la de Leonor Serrano Rivas (Málaga, 1986), apelando más hacia el territorio de lo sensorial que al de lo racional. Por otra parte, Serrano Rivas recrea con su escultura un paréntesis que es "microcosmos y espejo".

La gran sala central está dedicada a dos iconos del arte contemporáneo del siglo XX, Louise Bourgeois (París, Francia 1911- Nueva York, EE.UU, 2010) y Pepe Espaliú (Córdoba, 1955- 1993), con obras que parten de la propia experiencia de los artistas y su manera de sociabilizar cuestiones que giran en torno al patriarcado y la estigmatización.

El trabajo de Pablo Capitán del Río (Granada, 1982) y Jacobo Castellano (Jaén, 1976) tienen en común una forma de hacer, de construir, ligados al lenguaje de la escultura y la instalación basada en la exploración del objeto, con elementos de la tradición agrícola o que representan un paso de Semana Santa, respectivamente.

Nuria Carrasco (Ronda, 1962) y Ana Laura Aláez (Bilbao, 1964) utilizan elementos extraídos del mundo de la moda, la estética o el diseño para, recogiendo la herencia del arte pop, elaborar un irónico discurso con claras referencias al mundo femenino. También Francesc Ruiz (Barcelona, 1971) parte de un elemento de la cultura popular, el cómic, para explorar nuevos modelos narrativos.

La sala dedicada a Amalia Pica (Neuquén, Argentina, 1978) contiene más de 200 objetos para hacer ruido que se usan en protestas y celebraciones callejeras y que se han alterado.

La mujer en el ámbito de lo doméstico y sus roles han sido temas recurrentes en las representaciones artísticas de Ángeles Agrela (Úbeda, 1966), y dentro de ese terreno, la costura y el tricot han sido usados en una serie de obras para, desde una mirada feminista y/o de género, elevar esos trabajos domésticos típicamente "femeninos" a la categoría de medios artísticos.

De Alegría & Piñero (Córdoba 1985, Cádiz 1975) se presenta la instalación 'Silabario, moldura del habla', que forma parte de su largo proyecto de investigación sobre el habla.

El corredor central termina con la instalación de Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956), una estancia en la que el visitante se adentra rodeado por una proliferación de formas vegetales en distintas texturas y materiales en un compromiso simbólico entre la escultura y el espacio.

La exposición termina con el colectivo ruso Chto Delat (¿Qué hacer?), fundado en 2003 por un grupo de artistas, filósofos y escritores, cuya instalación está relacionada, como toda su producción artística, con la historia soviética.