Publicado 04/10/2022 12:27

La Unidad de Pacientes con Enfermedad Renal Crónica Avanzada del Macarena de Sevilla acredita su nivel de excelencia

Equipo de la Unidad de Atención al Paciente con Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) del Virgen Macarena.
Equipo de la Unidad de Atención al Paciente con Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) del Virgen Macarena. - JUNTA DE ANDALUCIA

SEVILLA, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Unidad de Atención al Paciente con Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA), integrada dentro del Servicio de Nefrología del Hospital Virgen Macarena, ha logrado la acreditación con nivel excelente que concede la Sociedad Española de Nefrología. Para alcanzarla, ha demostrado el cumplimiento de 68 de los 70 estándares analizados, siendo la primera unidad que consigue este nivel.

En la actualidad, la unidad atiende a 759 pacientes de los cuales 176 son nuevos en el último año, lo que ha generado casi 3.000 consultas de facultativos y de Enfermería. En los últimos años, en torno al 30% de los pacientes han elegido la opción de hemodiálisis, entre el 10 y el 15% ha iniciado diálisis peritoneal y entre el 1 y el 6% ha recibido un trasplante anticipado, según los datos facilitados por el Macarena este martes en una nota de prensa.

La Unidad de Atención al Paciente con Enfermedad Renal Crónica Avanzada está formada por profesionales de diferentes categorías que trabajan de forma integrada y coordinada con otras especialidades fundamentales en este estadío de la enfermedad renal crónica (ERC) como cirugía vascular, cirugía general, urólogos, cuidados paliativos, trabajadores sociales, enfermeras gestoras de casos, fisioterapeutas y psicólogos, entre otros.

La misión fundamental de esta unidad es preparar al paciente para el inicio programado de Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) con las mejores garantías de éxito. Un objetivo primordial para los profesionales de la Unidad ERCA es que el paciente conozca todas las opciones de tratamiento renal sustitutivo que están a su disposición: trasplante anticipado, trasplante de vivo, hemodiálisis en centro o domiciliaria, diálisis peritoneal y tratamiento conservador.

El porcentaje de pacientes que inician TRS procedentes de esta Unidad ERCA con el proceso de información, deliberación y elección realizado antes del inicio del tratamiento es del 100%. Al igual que el porcentaje de pacientes candidatos a trasplante renal (tanto de donante fallecido como de donante vivo) y trasplante páncreas-riñón en los que se inicia el estudio para su inclusión en la lista de espera es del 100%, en ambos tipos de trasplante.

La unidad monográfica del Servicio de Nefrología lleva a cabo un abordaje holístico del paciente que incluye la valoración bio-psico-social, con un trato "personalizado e individualizado". Según explica la doctora Mercedes Salgueira, resposanble del servicio, "durante todo el proceso, garantizamos que tanto el paciente como sus cuidadores deben quedar completamente informados sobre su enfermedad, funcionamiento del riñón, las causas y síntomas de la enfermedad, así como la evolución prevista de la misma, las medidas a llevar a cabo y las opciones de tratamiento".

En esta linea, se realiza un "estrecho" apoyo y control nutricional, dado que la dieta juega un "papel fundamental" en el control de la patología en estos estadíos de ERC, y se recurre a apoyo psicológico o social si así se estima necesario. El inicio programado de tratamiento renal sustitutivo, cuando el paciente lo precisa pero antes de que presente síntomas graves, redunda en mejores resultados clínicos, disminuyendo la tasa de complicaciones, necesidad de hospitalizaciones y mejorando la supervivencia.

Es por ello que una vez que el paciente elije la modalidad de TRS que prefiere, el siguiente objetivo es coordinarlo todo para que el paciente, cuando llegue el momento, inicie de forma programada su tratamiento. Así, si el paciente tiene un donante vivo, se ponen en marcha los estudios pertinentes para llevarlo antes de iniciar diálisis; si el paciente elige diálisis peritoneal, debe tener implantado el catéter peritoneal y haber aprendido la técnica (ya que ésta es domiciliaria y la lleva a cabo el paciente o los familiares); o si el paciente ha elegido hemodiálisis, debe tener preparado un acceso vascular funcionante y utlizable.