Publicado 12/03/2022 11:33

El Valme de Sevilla atiende 11.500 consultas en su Unidad de Glaucoma, un 20% de las gestionadas en Oftalmología

Oftalmólogos de la Unidad de Glaucoma del Valme en Sevilla.
Oftalmólogos de la Unidad de Glaucoma del Valme en Sevilla. - JUNTA DE ANDALUCIA

SEVILLA, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Unidad de Glaucoma del Hospital Universitario de Valme atiende cada año 11.500 consultas, cifra que supone un 20% del total de enfermedades abordadas en el Servicio de Oftalmología de este centro, con una asistencia que está articulada en dos dos circuitos. Por un lado, en el área de consultas externas del hospital, en la que se atienden los casos en fases avanzadas de la enfermedad, junto al seguimiento con pruebas y diagnósticos complejos.

En los centros de especialidades pertenecientes al Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla distribuidos por Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Morón de la Frontera y Los Alcores, los oftalmólogos de este servicio realizan consultas de casos leves, fases iniciales y pacientes estables, ha explicado el centro hospitalario en una nota de prensa con motivo este sábado del Día Mundial de esta patología.

En relación al ámbito quirúrgico, el servicio de Oftalmología lleva a cabo anualmente más de 200 intervenciones de glaucoma. Dependiendo del estadío de la enfermedad en cada caso y características de cada paciente, sus profesionales aplican de forma personalizada las técnicas más apropiadas.

Este servicio, que dirige Ana García Bernal, ha consolidado en los últimos años "significativos avances" diagnóstico-terapéuticos en la enfermedad del glaucoma a través de abordajes precoces y cirugías mínimamente invasivas. Dispone de un "amplio abanico" de técnicas que permiten "combinar las clásicas con las más innovadoras, adaptándose a las características de cada paciente para obtener los mejores resultados".

El glaucoma, también denominada enfermedad ocular silenciosa al ser prácticamente asintomática hasta su evolución y peor pronóstico, cuenta con una unidad monográfica bajo la coordinación de Jesús Hernández-Barahona. La integran otras dos oftalmólogas más, tres enfermeras y residentes de esta especialidad médica que rotan por ella.

En su cartera de servicios dispone de técnicas diagnósticas, tanto para la valoración de la sensibilidad en el campo visual (campimetría), como para el estudio del nervio óptico y estructuras de la mácula dañadas por esta enfermedad; mientras que en el área quirúrgica cuentan con una amplia gama de técnicas clásicas junto a técnicas innovadoras, como es el caso de los nuevos implantes microincisionales.

Esta dolencia afecta el nervio óptico de forma progresiva y en ambos ojos, manifestándose por la alteración de la presión intraocular y produciendo una reducción del campo visual de manera progresiva. Tiene una incidencia de más de 55 millones de personas en el mundo, siendo la primera causa de discapacidad visual severa de tipo irreversible en los países occidentales.

La importancia de su abordaje precoz viene determinada por constituir una de las dos causas más importantes de ceguera evitable, junto a la degeneración macular asociada a la edad. Se trata de una enfermedad crónica, pero que si se detecta a tiempo se puede frenar su avance y garantizar que la persona pueda seguir viendo por muchísimo más tiempo. Según Hernández-Barahona, "el diagnóstico precoz permite frenar el progreso de la enfermedad y obtener un mejor pronóstico de la misma".

Tiene una prevalencia del 3% en la población adulta, porcentaje que sube al 7% por encima de mayores de 80 años de edad. Una prevalencia que va en aumento debido al envejecimiento progresivo de la pirámide poblacional y del diagnóstico precoz. Sin embargo, su coordinador destaca "la tendencia consolidada a utilizar implantes en mayor proporción, dado sus excelentes resultados para minimizar complicaciones y favorecer la recuperación más rápida de los pacientes".