Empresas vascas apoyan que la UE fije objetivos vinculantes en su plan de impulso a la economía circular sostenible

BILBAO, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las empresas vascas ven con "buenos ojos" que se fijen unos objetivos vinculantes en el plan europeo para impulsar la economía circular sostenible. Sus demandas "van muy en la línea" del informe del Parlamento Europeo aprobado esta semana, que insta a que los productos producidos en la UE contengan material reciclado y sean fabricados mediante un uso eficiente de recursos y energía.

Así lo ha expresado el director de Economía Circular de la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco (Ihobe), José María Fernández, en declaraciones a Europa Press, en las que ha afirmado que Euskadi "está bien preparada para incorporar estos objetivos ecosostenibles a su actividad productiva" porque, en materia de integración de estos conceptos al desarrollo de productos, cuenta con una "larga trayectoria a partir de dos aspectos importantes: la implicación de los grandes sectores productivos vascos en esta labor de producción sostenible y la colaboración del Gobierno Vasco con las universidades vascas".

El informe aprobado el 10 de febrero por el pleno de la Eurocámara elevó a la Comisión Europea la necesidad de que sea "más ambiciosa" y fije, en ese plan de acción, unos estándares específicos para garantizar que los productos comercializados en la UE tengan "un buen rendimiento, sean duraderos, reutilizables, reparables, no tóxicos, actualizables y reciclables".

En esta línea, el director de Ihobe ha adelantado que, a finales de febrero, el Gobierno Vasco presentará un nuevo programa de ayudas a pymes relacionado con la Economía Circular, que se unirá a los dos que ya funcionan desde hace años de subvenciones a empresas y de apoyo a proyectos de innovación en esta materia.

Se trata de un programa específico dirigido a las pymes para ayudarles a financiar inversiones que incorporen esta huella ecológica en su producción porque hay que poner el foco en ayudar a las empresas a integrar estas herramientas que ha demandado el Parlamento Europeo. "Para que no se quede el concepto en algo abstracto, hay que asegurar que esa transición se da fijando objetivos para poder demostrar la circularidad de los productos que se fabrican y se consumen", ha precisado.

Aunque los importes de las convocatorias de este programa todavía no están cerrados, su objetivo será la implantación de instrumentos de mercado orientado a la mejora del valor competitivo sostenible de las pymes vascas mediante la incorporación de sistemas de ecoetiquetado, huella ambiental o declaraciones ambientales de producto.

Para Fernández, las pymes son el eslabón del tejido que "menos músculo financiero tiene para afrontar las consecuencias económicas que claramente tienen el parón de la actividad por el covid y deben ser hacia donde debemos focalizar las ayudas para que no se queden atrás".

OPORTUNIDAD DE NEGOCIO

En este contexto, todos estos nuevos elementos a incorporar en ecodiseño pueden suponer también para ellas "una oportunidad, porque si son capaces de adelantarse a estos cambios que vienen, lograrán un mejor posicionamiento estratégico en sus mercados de sus productos". Por eso, ha añadido, "hay que prestarles especial atención para que integren en su actividad estos nuevos modelos de negocio y de hacer".

El directivo de Ihobe ha destacado, en cuanto a Euskadi, que lo que persiguen las empresas que ya trabajan con estos estándares ecológicos, incluidas las vascas, es que la Comisión Europea "se lo tome en serio y se fijen unos objetivos claros, más allá de palabras a la hora de poner nuevos controles y exigencias".

Se trata de que permitan demostrar que aquellos productos que son medioambientalmente "mejores y más eficientes", puedan tener también un "mejor posicionamiento de mercado" tanto para la propia Administración, por un lado, como desde el punto de vista de mejorar también las capacidades en materia de inspección de mercado para detectar fraudes.

ECODISEÑO

Desde Ihobe han destacado que el 26% de todos los certificados de ecodiseño del Estado corresponden a empresas vascas, un total de 55 empresas y más de 220 productos y servicios que ya incorporan esos estándares en Euskadi.

Los parlamentarios europeos han instado a Bruselas a presentar una propuesta legislativa en 2021 que incremente el alcance de la directiva sobre diseño ecológico y se amplíe con medidas contra el blanqueo ecológico o las afirmaciones medioambientales falsas.

En el debate plenario, los eurodiputados también acordaron pedir que la legislación existente sobre residuos debe implementarse más a fondo, y se necesitan más medidas para sectores y productos clave, como textiles, plásticos, envases y electrónica.

"Mi percepción es que este posicionamiento que acaba de tener el Parlamento Europeo es muy bien visto por parte de los sectores productivos vascos, porque su posicionamiento es bueno y no ser exigentes en este terreno a nivel comunitario les afecta", ha incidido el responsable de Ihobe.

PUBLICIDAD ENGAÑOSA

Entre esas demandas empresariales, ahora asumidas por la Cámara europea, se encuentran la necesidad de contar con medidas legislativas para detener las prácticas que dan lugar a la obsolescencia programada; el uso de la etiqueta ecológica de la UE como punto de referencia para la sostenibilidad medioambiental o fortalecer el papel de la contratación pública ecológica.

A juicio de José María Fernández, las empresas que ya trabajan o quieren potenciar el ecodiseño de su producción buscan "acelerar el proceso de exigencias" porque se pueden tener empresas comprometidas, herramientas y capacidades para desarrollar ese tipo de productos pero, al final, tienen que competir en el mercado".

Es ahí donde, ha añadido, pese a que "el consumidor afirma estar dispuesto a valorar este tipo de productos, a menudo se acaba encontrando muchas veces con productos piratas que no cumplen estos principios que suponen un gran problema en materia de competitividad para las que sí cumplen".

En su opinión, la normativa europea tiene que incidir en la publicidad engañosa en materia ecológica y es uno de los aspectos a regular porque "el consumidor no tiene claro si lo que está percibiendo es creíble o no".

Según ha señalado, se dan "situaciones absurdas" como que, "cuando un producto era medioambientalmente mejor pero era más barato, el consumidor recela porque el subconsciente le decía que tenía que ser más caro, cosa que no es verdad, porque un producto medioambientalmente mejor no es más caro".

En esta línea, uno de los grandes retos de los productos ecosostenibles es "que duren más y sean fácilmente reparables", sin pensar solo en el coste de la compra, algo para lo que "hay que trabajar mucho en la concienciación del consumidor y en utilizar etiquetados que le faciliten los suficientes elementos de información".

Para lograrlo, hay que ser capaces de diseñar nuevos sistemas de información de forma sencilla y ofrecer más aspectos a integrar de cara a la decisión de compra porque "hay falta de rigor en el etiquetado actual", ha dicho.

"El aspecto más relevante ahora en el etiquetado es fijar la durabilidad e informar de una forma clara y real de la obsolescencia programada que ese objeto tiene, que se dé al cliente esa información, no solo si es energéticamente eficiente, sino para que tenga una visión más clara de lo que se adquiere y poder relativizar el precio en función de su vida útil", ha concluido.