BILBAO 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Bilbao conmemorará el próximo martes, día 30, el aniversario del nacimiento de la escritora bilbaína Ángela Figuera con un recital poético-musical a cargo de la agrupación musical Orphenica Lyra. El acto, al que asistirá su único hijo, Juan Ramón Figuera, tendrá lugar en el salón de actos de la Biblioteca de Bidebarrieta, a las 19.30 horas -con entrada libre y gratuita hasta completar aforo-, e incluirá la lectura de algunos de sus poemas.
Destacada figura de la poesía de posguerra, Ángela Figuera no es demasiado conocida por el gran público, por lo que en 2008 el Área de Cultura y Educación institucionalizó un día anual en su honor, para contribuir a dar a conocer su vida y obra. El 'Día de Ángela Figuera' se suma así a los que honran la memoria de otros tres grandes literatos bilbaínos como son Miguel de Unamuno, Gabriel Aresti y Blas de Otero.
Bajo el título "Ese saber y oír y darme cuenta", el acto de homenaje consistirá en la lectura de una selección de poemas de la autora, con acompañamiento musical de la pianista Sonsoles Pastor, que interpretará varias piezas de Federico Mompou y de Edvard Grieg.
Los encargados de poner voz al poeta serán Carmen Bereciartua, José Luis Cuesta y Constantino Díez, de la agrupación Orphenica Lyra, que recitarán algunos de los poemas más destacados que escribio en diferentes etapas de su vida Ángela Figuera, entre ellos, "Esta Cansada Tierra", "A Miguel Hernández", "Desarmada", "Miedo" o "Esta Paz".
ANGELA FIGUERA
Ángela Figuera Aymerich nació en el seno de una familia acomodada bilbaína que no aceptó de buen grado que estudiara Filosofía y Letras en Madrid. Tras licenciarse obtuvo plaza en un instituto de Huelva, donde le sorprendió el estallido de la Guerra Civil.
Según han recordado desde el Ayuntamiento bilbaíno, tras la derrota del bando republicano, al que apoyaron tanto ella como su marido, Figuera se trasladó a Soria donde tuvo la oportunidad de publicar.
Su primera obra, "Mujer de barro", es un poemario intimista que, pese a los problemas con la censura por su carga de sensualidad y erotismo, colocó a la bilbaína como una figura destacada de la poesía de la época. Posteriormente, su trabajo se centró en temas sociales que retrataban la dureza y el sufrimiento de la postguerra. Dentro de éstos se encuentra "Belleza cruel" y "Toco la tierra", sus poemarios más conocidos. Pese a todo, la autora murió, prácticamente en el anonimato, en Madrid en 1984.