El Centro Montehermoso de Vitoria rinde homenaje a Elena Abaitua, considerada la primera fotógrafa vasca

Imagen de la muestra Estereoskopiak: 16 + 16,
Imagen de la muestra Estereoskopiak: 16 + 16, - AYUNTAMIENTO DE VITORIA
Europa Press País Vasco
Publicado: lunes, 7 marzo 2022 18:27

VITORIA 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Centro Cultural Montehermoso de Vitoria-Gasteiz ha acogido la presentación de la muestra 'Estereoskopiak: 16 + 16', que se podrá visitar desde el 8 de marzo hasta el 24 de abril en el Centro Cultural Montehermoso.

La exposición recoge imágenes captadas por Eulalia Abaitua (Bilbao 1853-1943), considerada primera fotógrafa vasca, custodiadas por el Museo Vasco de Bilbao.

'Estereoskopiak: 16+16' es una exposición que rompe con los formatos habituales, ya que une el pasado visual de 16 fotografías de Eulalia Abaitua, que se pueden apreciar con unas gafas en 3D, con el presente oral de los audios grabados por escritoras en lengua vasca, que el público puede escuchar mediante audioguías.

Las encargadas de poner palabras a las imágenes han sido Katixa Agirre, Uxue Alberdi, Aurelia Arkotxa, Yolanda Arrieta, Leire Bilbao, Itxaro Borda, Tere Irastortza, Karmele Jaio, Mariasun Landa, Miren Agur Meabe, Laura Mintegi, Lourdes Oñederra, Eider Rodriguez, Danele Sarriugarte, Ana Urkiza y Arantxa Urretabizkaia.

Eulalia Abaitua (Bilbao 1853-1943) está considerada la primera fotógrafa vasca. Hacia 1870 su familia se trasladó a vivir a Liverpool, donde se inició en la fotografía, tanto en los materiales como en la técnica. El material que utilizaba eran las placas estereoscópicas de vidrio, positivas y negativas, y emulsión de gelatino-bromuro, que se empezaban a fabricar en Liverpool en esa época.

En 1878 regresó a Bilbao con su marido y sus hijos, fijando su residencia en el Palacio del Pino en Begoña, en cuyo sótano instaló su propio laboratorio fotográfico, en el que pasó muchas horas revelando, visionando y archivando las imágenes que salían de su cámara. Abaitua fotografió a la gente y lugares de Euskadi, reflejo de la sociedad que le rodeaba, tanto rural como urbana, de principios del siglo XX.

En sus fotografías plasmó las costumbres, fiestas y tradiciones vascas. Realizó muchos retratos de mujeres desempeñando distintos trabajos, otorgándoles gran protagonismo y dignidad: sardineras, lavanderas, lecheras, y mujeres acarreando agua o cultivando la tierra.

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