SAN SEBASTIAN 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
Decenas de familiares y allegados de Inaxio Uria, acompañados de representantes institucionales, así como trabajadores de la empresa Construcciones Altuna y Uria, y de familiares de otras víctimas de ETA, se concentraron hoy, como cada mes, en Azpeitia para recordar a este empresario azpeitiarra asesinado por la banda terrorista el pasado 3 de diciembre en esta localidad guipuzcoana.
Esta concentración silenciosa se desarrolló durante 15 minutos a partir de las 13.00 horas, junto al restaurante Kiruri y la empresa Construcciones Altuna, donde fue tiroteado, hace ahora nueve meses, Uria.
En el lugar se habían colocado, como es habitual, dedicatorias, rosas rojas y flores, y tres farolillos con velas encendidas así como un cartel con la palabra 'Paz' en euskera y castellano y varios textos con palabras de recuerdo a Uria.
Asistieron a este acto de recuerdo a Inaxio, entre otros, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; y la directora de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, Maixabel Lasa.
También se sumaron a esta concentración familiares de otras víctimas de ETA como dos hermanos de Eduardo Pueyes, el inspector de la Policía Nacional asesinado por la banda terrorista el pasado 19 de junio; o Marian Romero y Sandra Carrasco, la viuda y la hija de Isaías Carrasco, ex concejal socialista en Mondragon que perdió la vida en un atentado el 7 de marzo del pasado año.
Asimismo, se dieron cita en este acto de homenaje dos hermanos del empresario y ex presidente de la patronal guipuzcoana Adegi Joxe Mari Korta asesinado por ETA el 8 de agosto de 2000.
La familia de Uria ha venido concentrándose todos los meses coincidiendo con la fecha del asesinato del empresario azpeitiarra para "reivindicar su memoria" en el lugar donde fue tiroteado.
Uria, de 71 años de edad y que trabajaba junto a dos de sus hermanos y sus hijos en la empresa constructora familiar Altuna y Uria, que participa en las obras de la 'Y' vasca, fue asesinado el pasado 3 de diciembre por ETA cuando se dirigía al restaurante Kiruri de Azpeitia, donde diariamente solía acudir a jugar a las cartas con sus amigos.