Agradecen a los colectivos sociales que participaron en las manifestaciones del sábado su presencia "masiva e intergeneracional"
BILBAO, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El colectivo de pensionistas vascos se ha mostrado "confiado y esperanzado" en que un hipotético gobierno de PSOE y Unidas Podemos se comprometa en cuanto se constituya a un "calendario concreto y preciso" para negociar y "responder de modo adecuado" a sus reivindicaciones, como la subida por ley del IPC real, pensión mínima de 1.080 euros y un salario mínimo de 1.200 euros, así como a la derogación de los aspectos regresivos de la reforma de las pensiones.
Dos días después de una nueva tanda de manifestaciones llevadas a cabo este sábado en varias ciudades de Euskadi y Navarra, el colectivo ha vuelto a realizar sus concentraciones semanales de los lunes en medio de aguaceros constantes.
En la concentración de Bilbao, entre gritos de "con lluvia o con sol se defiende la pensión", dos de sus representantes, Andrea Uña y Jon Fano, se han mostrado "muy contentos" con la respuesta "masiva, multitudinaria e intergeneracional" a las marchas llevadas a cabo el sábado pasado.
Ambos han subrayado la participación de "trabajadores, mujeres, jóvenes y colectivos sociales que padecen las consecuencias de la situación económica", con una afluencia que han cifrado en alrededor de 45.000 asistentes entre Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Eibar y Pamplona.
En ese sentido, Jon Fano ha emplazado al futuro nuevo gobierno central a que sepa que "su primera prueba de fuego la van a tener nada más constituirse a primeros de año, cuando decidan si se comprometen a subir el IPC real a todas las pensiones y evitan volver a la subida mínima del 0,25%".
Asimismo ha alertado de que si no se mejoran los ingresos de la caja de la Seguridad Social, los riesgos para poder garantizar su pago "van a aumentar". Entre las medidas propuestas, Fano ha apuntado a los alrededor de 5 millones de trabajadores que en la actualidad perciben menos de 1.000 euros al mes".
CAJA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
A su juicio, si se adoptan medidas "inmediatas para paliar sus condiciones laborales y mejorar estos sueldos, esa decisión facilitaría que los ingresos de la caja de la Seguridad Social aumentaran de un modo progresivo y significativo".
En esa misma línea ha incidido Andrea Uña, quien ha destacado que las manifestaciones de este sábado fueron "masivas y coparticipadas porque estaban todos los colectivos que tenían que estar", porque el problema de las pensiones "no incumbe solo a los pensionistas sino que es de todas las personas: hoy son los ya jubilados pero mañana serán los que ahora están trabajando y después sus hijos y nietos".
En este punto, ha remarcado que la lucha por una subida de las pensiones esté siendo "intergeneracional y de todos, aunque ahora sea los pensionistas quienes tiren de ella, pero sin la sociedad, no estaríamos aquí, dos años después del inicio de las movilizaciones".
Ante los concentrados este lunes en el Ayuntamiento de Bilbao, Uña ha trasladado que el colectivo "no se va a mover de su lucha hasta que el nuevo gobierno, si de verdad es progresista, se comprometa con su tabla de reivindicaciones y a un calendario progresivo para negociarlas".
Si no es así, ha añadido, "habrá más calle y más lucha", porque hay que seguir", aunque ha reconocido que es cierto que el movimiento de pensionistas está "esperanzado y confiado en que este nuevo ejecutivo sea progresista, cumpla y haga realidad estas reivindicaciones".
Para empezar, ha incidido, por "lo primero y más inmediato, que es presionar ahora para que el 1 de enero no se vuelva a la pensión más el 0,25", ya que después de dos años "no lo van a permitir con su presión y una lucha siempre pacífica en las calles".
