La tolerancia de la sociedad vasca hacia los inmigrantes crece ligeramente en el último año

La recuperación económica favorece a la tendencia positiva de la percepción de la inmigración, según el último barómetro de Ikuspegi

La viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Lide Amilibia, durante la presentación del Barómetro de Ikuspegi 2019
La viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Lide Amilibia, durante la presentación del Barómetro de Ikuspegi 2019 - GOBIERNO VASCO
Europa Press País Vasco
Publicado: martes, 26 noviembre 2019 17:55

BILBAO, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La tolerancia de la sociedad vasca hacia la llegada de personas inmigrantes extranjeras, "ligada a la situación macroeconómica", ha repuntado ligeramente en el último año, al alcanzar un 60,67%, frente al 59,71% del pasado año, según el último Barómetro de Ikuspegi-Observatorio Vasco de Inmigración.

El informe concluye que "la sociedad vasca comienza a integrar la diversidad", ya que "se reduce el número de personas que consideran la inmigración un problema personal" y confirma que "la recuperación económica favorece a la tendencia positiva de la percepción de la inmigración".

La viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Lide Amilibia, ha presentado, junto a la integrante de Ikuspegi y profesora de Sociología y Trabajo Social de la UPV/EHU Beatriz Otero y la secretaria del Campus de Bizkaia de la UPV/EHU, Amaia Bacigalupe, los resultados del Barómetro Ikuspegi 2019, que mide las actitudes de la sociedad vasca hacia la inmigración extranjera.

El trabajo se ha confeccionado con 600 encuestas realizadas entre los pasados meses de marzo y abril en 39 puntos repartidos en 25 municipios vasco, tres alaveses, 10 guipuzcoanos y 12 vizcaínos.

El Barómetro refleja una evolución positiva en la tolerancia hacia el fenómeno de la inmigración, cuyo índice ha ascendido al 60,67%, frente al 59,71% de 2018.

A juicio de sus autores, estas cifran revelan el "mantenimiento de la tendencia en la mejora de las actitudes hacia la inmigración en esta etapa de recuperación económica" que "se aleja, así, de la pauta descendente que se mostró en el periodo de crisis".

Se constata, según Otero, que "el momento económico condiciona e influye en las actitudes hacia la inmigración de la sociedad vasca: a mayor certidumbre, mayor confianza general".

La investigadora también ha destacado "el descenso de personas que consideran la inmigración como un problema personal", una percepción que se ha reducido en 0,6 puntos, hasta el 3,9% de la población que cree que sí lo es. En conjunto, el 11,4% de la sociedad vasca considera este fenómeno un problema para Euskadi.

La viceconsejera vasca de Políticas Sociales ha valorado el hecho de que "que se haya constatado en la población un aumento de los efectos positivos que genera la inmigración en el empleo y la economía".

En concreto, ha aumentado en más de 10 puntos el porcentaje de la población que percibe beneficios económicos y funcionalidad laboral en la llegada de personas de origen extranjero. De hecho, un 65,3% cree que se necesita personas inmigrantes en algunos sectores de la economía de Euskadi y un 60% cree que permiten que la economía funciones mejor porque ocupan puestos que la población autóctona rechaza.

Por otra parte, crece hasta el 66% también la tasa de población que rechaza el estereotipo de que las personas inmigrantes quitan el trabajo (frente al 59% del pasado año).

Para Amilibia, las cifras demuestran que "la sociedad vasca no percibe la inmigración como un problema, sino al contrario, que se esfuerza por acoger a quienes llegan a Euskadi".

"Somos un pueblo que debe abrir sus brazos a las personas que van a participar de la construcción del futuro de nuestro país. El concepto de diversidad ya forma parte de nuestro lenguaje y debemos seguir trabajando para que su peso sea cada vez más importante", ha dicho.

AMBIVALENTE

El estudio refleja también la "actitud ambivalente" de la población vasca hacia la inmigración extranjera. Entre la ciudadanía conviven "los rasgos abiertos y tolerantes", con otros que "denotan posturas más reacias".

En este sentido, y aunque se mantiene la opinión favorable acerca del acceso a derechos considerados universales, como la educación (70%) y sanidad (60%), parece que "se inclina a pensar en la idea de que tener una autorización de residencia debería ser requisito para poder acceder a otros derechos", como las ayudas sociales, la asistencia jurídica, la VPO, la reagrupación o el derecho a voto.

Además, un 73,3% de la población permitiría la entrada de los inmigrantes, pero con condiciones. En concreto, un 52,9% de ellos exige un contrato de trabajo y el 20,4% restante otros requisitos legales. Además, el porcentaje más alto de los encuestados (49,7%) cree que los extranjeros deben tener trabajo para ser regularizados.

La actitud también varía según su procedencia, ya que la sociedad vasca "mantiene su menor grado de simpatía hacia el colectivo magrebí, como ya reflejaban anteriores estudios, y su desconfianza hacia el islam", según Otero.

El estudio constata que, en cuestiones socioculturales, la sociedad vasca, a pesar de "seguir aceptando la diversidad y reconocer el enriquecimiento que supone", sigue considerando que "son las personas inmigrantes las que tienen que esforzarse para integrarse y adoptar nuestras costumbres y tradiciones". Esta es la opinión del 77,5% de los sondeados.

REFUGIADOS

En el capítulo relativo a las personas refugiadas, el informe advierte un descenso de 6,4 puntos en el número de personas que defiende su acogida sin restricciones, hasta un 23,4% de la población.

Sin embargo, el 62,3% -frente al 59,4% del 2018- cree que hay que acoger a los refugiados con condiciones. Un 46,7% lo haría si se comprueba que están perseguidos y un 15,6% mediante un reparto de cuotas.

El Barómetro refleja, no obstante, que el porcentaje de personas que cree que se debería acoger a solicitantes de refugio o asilo políticos "se ha mantenido bastante estable, con tendencia al alza".

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