El subdirector del diario 'Hoy' en Cáceres ofrece su visión de una obra pictórica en el ciclo 'El cuadro de...'

Actualizado: viernes, 12 noviembre 2010 13:33

BADAJOZ, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

El subdirector del diario Hoy en Cáceres, Juan Domingo Fernández, es el segundo de los invitados al ciclo 'El cuadro de...' que bajo coordinación de Lourdes Murillo patrocina el Área de Cultura de la Diputación de Badajoz en colaboración con el Museo Provincial de Bellas Artes.

Cada jueves del mes de noviembre, destacados escritores extremeños ofrecerán su particular visión de un cuadro elegido de entre los expuestos en las salas de la pinacoteca provincial.

Si el jueves pasado Inma Chacón inauguraba la iniciativa, este pasado jueves le ha tocado el turno al periodista, cuya obra elegida, 'La visita de la madre', ha sido aplaudida por el director del Bellas Artes, Román Hernández, quien ha felicitado al conferenciante por la decisión de seleccionar el lienzo de Enrique Paternina (Haro, Logroño, 1866), depósito del Museo del Prado, pintado en 1892 y cuya escena costumbrista representa la visita de una madre a su hija enferma en un hospital de beneficencia.

Con este cuadro el artista riojano consiguió dos segundas medallas, en la exposición nacional de 1892 más otra que se celebró en Bilbao. Cuatro años después, volvió a recibir en Barcelona un galardón más por el mismo lienzo, informa la Diputación de Badajoz en nota de prensa.

"Esta pintura es una obra con suerte -ha apreciado el director del MUBA-, y además viajera ya que en los últimos diez años ha participado en tres exposiciones nacionales. En breve volverá a salir para integrar una muestra en el museo Picasso de Barcelona".

Y es que Picasso, inspirado por el cuadro de Paternina, ha pintado a los 15 años 'Ciencia y Caridad', cuya composición y temática se consideran herederas de 'La visita de la madre'.

"Sin embargo -ha apuntado Juan Domingo- es obligado señalar que hasta ahí llegan los paralelismos. Porque si Enrique Paternina prosiguió su carrera creadora pintando paisajes y escenas costumbristas de temática social, para Picasso 'Ciencia y Caridad' fue el adiós definitivo a la técnica academicista, de la que acabó renegando y por la que no apostó nunca más".

El cuadro, de considerables dimensiones (1,90 por 2,5 metros), ofrece una composición con dos bloques perfectamente definidos. Sin descender al detalle de los personajes, ha señalado el periodista, "me basta un primera mirada para percibir una atmósfera de tristeza y melancolía, el dramatismo que envuelve a la enfermedad y que acarrea la pobreza. Estamos en un hospital de beneficencia atendido por monjas de la Caridad. A la izquierda, sentada en una humilde silla de enea, la madre se inclina amorosamente sobre la cama que ocupa su hija. El artista solo nos deja ver el rostro de la joven enferma. Y es esa mirada, expectante, resignada, humanísima la que imanta la atención del espectador".

No ha querido Enrique Paternina mostrar el rostro de la madre, otro de los hallazgos del cuadro a juicio del conferenciante, "porque nos permite intuir sus palabras de consuelo, de ánimo, con las que trata de hacer más llevadera la soledad que se apoderará de la niña cuando termine la visita, cuando llegue la noche".

MÁS DESCRIPCIÓN

Asimismo, Juan Domingo Fernández ha descrito más del lienzo: "A los pies de la cama, sin acercarse en exceso, la hermana menor inclina la cabeza en un gesto de conmiseración y tal vez de temor. Lleva en su brazo izquierdo un cestillo con frutas, seguramente para ofrecérselo a la enferma y reforzar su dieta. Ni la hermana pequeña ni la madre tienen aspecto desastrado. Al contrario, aparecen aseadas y acaso esas sean sus mejores galas, las que se han puesto para la visita al hospital".

"El pelo recogido en un moño o una trenza, los humildes pendientes* Resulta obvio que estamos ante una familia modesta. No solo porque han acudido a un hospital de beneficencia, sino porque ambas llevan delantal, una prenda característica de quienes tienen que ocuparse en labores menestrales... Ropas en tonos marrones o pardos, que contrastan con el azul del hábito de la monja y esa atmósfera grisácea del hospital", ha indicado.

También, para el periodista cacereño "al espectador del cuadro no se le va de la cabeza esa circunstancia histórica. No es un escenario amable el que ha pintado Enrique Paternina en 'La visita de la madre'. Ni la bondad que se adivina en la actitud protectora de la monja ni la aparente asepsia del lugar son suficientes para consolarnos o para diluir la sensación de que nos enfrentamos a un drama humano detenido en el lienzo".

Aún así, hay algo que ni el tiempo pretérito ni la miseria logran arrebatar en el escenario del pabellón hospitalario, pues "no hay nada más universal que la caricia de una madre. Recuerden que este lienzo fue pintado en Italia por un joven que tenía entonces veintipocos años, pero que ya es capaz de conmovernos tan rotundamente con una obra que no necesita palabras, tan solo la piedad de un testigo que cuenta una historia con la que nos identificamos desde el primer momento".

Ya al final de su intervención, Juan Domingo Fernández ha definido la obra de Paternina como "una pintura que nos hace mejores, más humanos, que nos reconcilia con lo que tenemos de víctimas imprevisibles ante cualquier adversidad".