BRUSELAS, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Cultura, César Antonio Molina, subrayó hoy que la Etiqueta de Patrimonio Europeo aprobada por los Veintisiete, a partir de "una iniciativa franco-española", "será buena para el turismo cultural" en España que, recordó, ya tiene desde 2007 cuatro lugares con este distintivo: el Monasterio Real de Yuste (Cáceres), el cabo de Finisterre (Galicia), la Residencia de Estudiantes (Madrid) y Archivo de la Corona de Aragón.
Sin embargo, todavía está por ver si los 59 lugares en Europa que ya han recibido este distintivo lo mantendrán. "Los lugares que ya hayan sido galardonados con esta etiqueta, en el marco de la iniciativa intergubernamental sobre el proyecto de Etiqueta de Patrimonio Europeo deben ser tenidos en cuenta y su estatus debe ser definido", recoge la declaración de conclusiones que los Veintisiete adoptaron este martes para dar luz verde a la creación del sello comunitario.
Hasta ahora la etiqueta europea se circunscribe al marco de una iniciativa intergubernamental, impulsada conjuntamente en abril de 2006 en Granada por España, Francia y Hungría. Desde su impulso, 16 Estados miembros se han sumado a la misma, además de Suiza. Sin embargo, la nueva iniciativa comunitaria, destinada a "enfatizar la historia común de Europa" y "reforzar la dimensión europea de su patrimonio cultural", no obliga a los Estados miembros a adscribirse a ella y, en cualquier caso, es complementaria a otros distintivos como la declaración de Patrimonio de la Humanidad que otorga UNESCO o la que otorga el Consejo de Europa de Rutas Culturales Europeas.
La iniciativa de la Etiqueta de Patrimonio Europeo podrá estar abierta a terceros países y su concesión "sujeta a una revisión periódica". Además, los proyectos que presenten los Estados miembros podrán recibir financiación comunitaria.
Molina adelantó que España ha insistido en que la Comisión Europea presente "antes de otoño" de 2009 su propuesta legislativa para la creación "definitiva" de este distintivo que podría acabar adoptándose ya bajo presidencia española de la UE, en el primer semestre de 2010. No obstante, los Veintisiete acuerdan en sus conclusiones que lo presente finalmente "en un plazo de tiempo razonable". "Hoy se aprueba la idea", recordó.
REFORZAR EL VALOR DEL PATRIMONIO EUROPEO
Los Veintisiete reconocen en sus conclusiones que la creación de la Etiqueta de Patrimonio Europeo contribuiría a "reforzar el valor" del patrimonio cultural en los Estados miembros; a "aumentar el conocimiento" entre los ciudadanos europeos de su historia común y diversidad de patrimonio cultural en Europa, y "al atractivo económico y desarrollo sostenible de las regiones, en especial a través del turismo cultural".
Asimismo, consideran que la creación de una etiqueta europea contribuiría "a la educación artística, cultura e histórica" y, a través de ella, "reforzaría el diálogo intercultural, especialmente entre los jóvenes". De manera más general, serviría para impulsar un mayor intercambio de buenas prácticas para reforzar el valor del patrimonio europeo y contribuir "a la promoción de los valores democráticos y los Derechos Humanos que sustentan la integración y ciudadanía europeas", rezan la declaración de conclusiones.
El titular de Cultura adelantó que, los próximos 4 y 5 de diciembre en Aviñón (sur de Francia), expertos de los países que participan en la iniciativa deberán elaborar "un decálogo" que recoja "las normas y los requisitos" que se deberán aplicar a los lugares y conjuntos históricos, materiales e inmateriales, que podrán optar a recibir "el sello de patrimonio europeo".
Una vez se conozcan los criterios de selección que se necesitan cumplir para optar a la Etiqueta de Patrimonio Europeo, cada Estado miembro deberá remitir sus propuestas a un "comité de expertos" encargado de dictaminar "la aprobación o no de las propuestas que hagan los países", agregó Molina.
CANDIDATOS POTENCIALES Y PROYECTOS
Todo monumento, natural o urbano, paisajes culturales, lugares de memoria, bienes culturales y patrimonio intangible podrán optar a este distintivo, según recogen las conclusiones de los Veintisiete. Asimismo, aquellos lugares, especialmente con carácter "transfronterizo" que se erijan como "testimonio de la historia de Europa, sus valores comunes o su patrimonio cultural, especialmente para la construcción de Europa", podrán optar al mismo.
Los proyectos que sometan los Estados miembros, en base a "criterios de selección comunes, claros y transparentes", deberán "promover la dimensión europea del sitio, es decir, su lugar y su papel en la historia europea, cultural, artística, científica y movimientos tecnológicos, personalidades y acontecimientos vinculados al lugar, que han desempeñado un rol clave en la historia y construcción europeas" y "reforzar el valor y atractivo del lugar", según el texto de conclusiones.
Además, deberán "reforzar el valor del lugar", por ejemplo, a través de la organización de actividades culturales, educativas, artísticas o científicas, incluidos festivales o congresos y garantizar "la buena gestión del sitio" que, entre otros, ofrezca la máxima accesibilidad posible al público y concedan "especial atención a los jóvenes", incluido "un acceso privilegiado" para promover la concienciación entre los jóvenes de su historia común.